lunes, 25 de septiembre de 2017

CRÍTICA | CONVERSO, de David Arratibel


Filmando el espíritu santo
CONVERSO
Festival de Málaga: Mejor dirección. Festival de San Sebastián: Zinemira
España, 2017. Dirección y guión: David Arratibel Música: Raúl del Toro Fotografía: David Aguilar Reparto: David Arratibel, Raúl del Toro, María Arratibel, Pilar Aranburo, Paula Tellechea Género: Documental Duración: 60 min. Tráiler: Link Fecha de estreno de España: 29/09/2017
¿De qué va?: Las hermanas, el cuñado y la madre del director de cine David Arratibel se convierten de repente al catolicismo. Intrigado, el cineasta pone la cámara en su propia casa y decide encontrar las claves de lo sucedido.


El director David Arratibel explora en Converso el universo de la fe y sus avatares en un documental que recurre únicamente a su propia experiencia personal, prescindiendo de profusos estudios académicos o bibliografía abigarra. Gracias a su sencillez, la película llega directa, desnuda y sincera al espectador, que sigue al cineasta en su particular intento por acercarse y (auto)comprender a sus más allegados, que adoptaron las creencias y liturgias del catolicismo tras años de agnosticismo. Uno de los atractivos de la pieza está en ver a la hermana de Arratibel, una mujer espontánea y temperamental que cuenta sus experiencias con mucho desparpajo, como si viéramos las confesiones de una amiga en un entorno distendido. Al otro lado de la balanza, el director no esquiva los recovecos más dramáticos de su historia, aunque lo hace con la suficiente pericia como para que desde la butaca intuyamos un historial familiar mucho más complejo, siempre velado para evitar el sensacionalismo o el morbo gratuito. Converso es un exorcismo filmado, público y personal; la crónica de alguien que recurre al cine para entenderse a sí mismo y a los que le rodean, y de paso limar asperezas, compartir confidencias y tender puentes hacia las personas más queridas. ¿No debería el cine, en todos sus ámbitos y formatos, servir para eso? Así, es muy fácil creer a pies juntillas en la magia sanadora del celuloide. La asunción de lo divino, con todo, quedan a la libre elección del espectador.


Para interesados y estudiosos de la fe (no necesariamente creyentes)
Lo mejor: María Arratibel, "persona-personaje" que se come la película.
Lo peor: A veces se echa de menos un relato menos personal y más social.


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