miércoles, 26 de noviembre de 2014

CRÍTICA | LA PARTIDA (THE LAST MARCH), de Antonio Hens


'Fresa y chocolate', 20 años después...
LA PARTIDA (THE LAST MATCH), de Antonio Hens
España, 2013. Dirección: Antonio Hens Guion: Abel González Melo y Antonio Hens Fotografía: Yanevis González y Raúl Rodríguez Reparto: Reinier Diaz, Milton García, Toni Cantó, Luis Alberto García, Mirta Ibarra Género: Drama social. Romance Duración: 90 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 21/03/2014
¿De qué va?: La Habana, en la actualidad. Reinier vive en la casa de su novia y su suegra. Para ganar un dinero extra, se ofrece como chapero cada noche por las calles más concurridas de la ciudad. La situación de Yosvani, su amigo con el que juega a fútbol en un descampado, es parecida: tiene pareja y vive en la casa del padre de ésta. La relación de amistad termina convirtiéndose en una historia de amor. A escondidas, en lavabos, en azoteas y en momentos furtivos, los chicos se encuentran y sueñan con una vida distinta a la que tienen. Pero la realidad, las dificultades económicas, los tabúes sociales y las imposiciones familiares pondrán en peligro sus contados momentos de intimidad.


Hace catorce años, Antonio Hens presentó el cortometraje En malas compañías, una obra que levantó ciertas ampollas. De Hens esperábamos mucho, y aunque estaba destinado a ser uno de los nombres de referencia del queer cinema local no ha retomado esta senda hasta La partida, película que se estrenó esta primavera. Afortunadamente, la espera ha valido la pena. El contexto es diferente, ya que En malas compañías tenía a su favor el hecho de que pocos autores se hubiesen atrevido por aquel entonces a abordar temáticas y preocupaciones relativas a la realidad homosexual. La partida, por contra, es una pieza más del cada día más variado escaparate del cine LGBT, pero pronto se sabe diferenciar de sus compañeras. Es más: para quien escribe, es una de las mejores películas españolas del año.


Hens no sólo incluye una relación homoerótica, el aspecto más esperado por el 'target' del film, sino que dedica gran parte de su obra en trazar una descripción implacable de la Cuba reprimida y represora, llena de tabúes y acuciada por la precariedad moral y material. El film, a medio camino entre la tragedia gay y el drama social, sabe equilibrar una historia con muy buenas intenciones y resultados más que notables. Pocas veces el cine describe con tanta crudeza unos mecanismos sociales que ahogan a los protagonistas, y todavía menos obras tienen la pericia de utilizar ese marco para contar una historia de amor sin clichés, rehuyendo de estereotipos y proponiendo una matizada creación de personajes. Puede que formalmente sea mejorable, incluso podría sancionarse la credibilidad de algunas interpretaciones o el tremendismo de algunos pasajes, pero La partida convence por su franqueza. Se intuye una obra rodada bajo mínimos, y aún así enamora la rotundidad de su mensaje y el cariño con el que trata a sus criaturas. Junto a Azul y no tan rosa, una de las sorpresas más notables del cine hispano. Un interesante tanteo a esa Cuba 'arco iris' que el cine no reflejaba desde Fresa y chocolate.


Para los que echaban de menos a Antonio Hens (éramos muchos).
Lo mejor: La combinación equilibrada de drama social y historia de amor.
Lo peor: No esquiva los trucos del cine romántico, pero suple todo ello con una notable espontaneidad y frescura.

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