miércoles, 29 de febrero de 2012

Palabras apócrifas: Crítica de ANONYMOUS


Para analizar los entresijos de Anonymous hay que tener algunas cuestiones previas muy claras. Roland Emmerich, su director, es el autor de El día de mañana o 2012, y esta es su primera incursión en el cine de época. Emmerich es alemán, por lo que se entiende que comparte poco, por no decir nada, con William Shakespeare, su país, su lengua y su figura. Con esto podemos entender, que no aceptar, el despropósito que es Anonymous, una película que quiere ser seria y que acaba lastrada por la mala fama de su artífice. Si bien Emmerich no ha escrito el guión del film, es sumamente relevante que el cineasta se haya sentido atraido más por la versión apócrifa, el rumor paralelo o la tradición no probada de Shakespeare que por su verdadera vida y obra, por no decir su relevancia en las letras y la cultura de Occidente. Y ese es el gran problema: Emmerich, tras tantos apocalipsis, tras una filmografía de fácil consumo y difícil disfrute cinéfilo, apuesta por un cine serio y descarrila. El desprestigio de Emmerich cuenta e influye, eso es innegable. Pero ahí no acaban los puntos flacos de Anonymous: muchas de sus escenas dejan entrever un abuso del croma, con unos planos aéreos formados por ordenador y sumamente artificiales, y sobre todo con un sentido del montaje y de la fotografía más propios del cine de consumo que de la acción intimista que transcurre en las cámaras reales y las calles del año 1601. Como resultado, Anonymous aplica el molde Emmerich a un género nuevo, y en lugar de enriquecer la paleta de colores acoge las formas reconocibles y homogéneas de su cine anterior. Entendiendo que el mejor autor es el que sabe adaptarse a los requisitos de los diferentes géneros cinematográficos sin traicionar su personalidad, con Emmerich no se cumple ni una cosa ni la otra: estamos, con todo lo que eso significa, ante una película 100% Emmerich, y sus rasgos son más bien producto de la impersonalidad del cineasta europeo que trabaja para ofrecer ese 'pan y circo' tan despreciable. Una lástima porque Anonymous cuenta con buenas interpretaciones y en su corazón poético late una bonita alegoría de las palabras, su poder por conquistar el corazón de una reina y su fuerza por levantar los ánimos de todo un pueblo. Resulta difícil creerse una historia que habla de la palabra y de la identidad cuando no tiene ninguna frase de guión memorable y sus formas son las de un dramaturgo de segunda. ¿Será que no sabemos valorar las posibles grandezas de los best sellers por el simple hecho de ser best sellers? Puede, y aquí cada uno opinará lo suyo. De momento Anonymous queda como una película inflada y pretenciosa, hueca y prescindible, obra de un Emmerich que deja al descubierto todas sus debilidades. La producción literaria de Shakespeare puede que fuera un fraude. El cine de Emmerich sí lo es.



Nota: 4'5

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1 comentario:

Sandra Sánchez dijo...

Pues me ha interesado mucho tu crítica (como siempre) aunque no he visto la película así que no puedo opinar. De todos modos bueno quizás tu 4,5 me de alguna esperanza viniendo de alguien tan exigente (en el mejor de los sentido, se entiende).
;)