sábado, 12 de noviembre de 2011

Quijotada: Crítica de VERBO, de Eduardo Chapero Jackson

Cuántas ganas teníamos de ver Verbo, el primer largometraje del excelente cortometrajista Eduardo Chapero Jackson. Pero... sorpresa: Verbo no es la pelicula que esperábamos. Ni está rodada siguiendo los cánones habituales, ni se ciñe a un género reconocible, ni parece tener influencias claras. Verbo es una rareza que se mueve entre lo gótico y lo subterráneo, el mundo grafitero y las letras de Violadores del verso. Es muy naïf. Muy emo, diríamos ahora. Es casi una película adolescente. Pero difícilmente encontrará su público, porque por una parte su mensaje es demasiado obvio y porque su estética asusta a los que en verdad podrían ser su público potencial. Asumiendo que Verbo será un fracaso de taquilla, y aunque esto se deba en parte a que la película resulta demasiado surrealista y que en algunos momentos apenas se sostiene en pie, me niego a creer que es la tontería que dijeron los cronistas de San Sebastián y Sitges. Efectivamente, Verbo es especial. Mejor o peor, pero singular; convenza más o menos, noto detrás de sus imágenes la personalidad de un autor no tan novel que merece tener una carrera sólida. Resumirla a 'nueva versión de Alicia en el país de las maravillas', 'cuento sobre las oscuridades de la adolescencia' o 'crítica a las recientes políticas inmobiliarias' me parece plausible, en parte cierto, puede que fácil, a mi gusto insuficiente. Verbo es mucho más. Algo diferente. Puede que sea lo más extraño que ha parido el cine español desde El corazón del guerrero de Daniel Monzón. Y ahora nadie duda que Monzón es uno de los grandes. Ojalá suceda lo mismo con Chapero Jackson. Se lo merece. Aunque, incluso queriendo defender Verbo, hay que reconocer que parte de sus rimas son ripios. Una contradicción que toca el cielo para acto seguido caer en el ridículo más absoluto. La locura, que puede ser lucidez, de un Quijote de instituto.


Nota: 6

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