domingo, 14 de junio de 2015

CRÍTICA | MIA MADRE, de Nanni Moretti


De luchas y pérdidas
MIA MADRE (MY MOTHER), de Nanni Moretti
Festival de Cannes 2015: Sección oficial a concurso. David de Donatello 2015: Premio a la mejor actriz protagonista y mejor actriz de reparto
Italia, 2015. Dirección: Nanni Moretti Guión: Nanni Moretti, Francesco Piccolo y Valia Santella Fotografía: Arnaldo Catinari Reparto: Margherita Buy, John Turturro, Giulia Lazzarini, Nanni Moretti, Beatrice Mancini, Stefano Abbati, Enrico Ianniello, Anna Bellato, Tony Laudadio, Lorenzo Gioielli, Pietro Ragusa, Tatiana Lepore, Monica Samassa, Vanessa Scalera Género: Drama Duración: 105 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en Italia: 16/04/2015
¿De qué va?: Margherita atraviesa una etapa complicada. El rodaje de su nueva película, la separación de su compañero sentimental, la enfermedad de su madre y los problemas con su hija adolescente ponen a Margherita contra las cuerdas. Cuando el estado de salud de su madre empeora, su hermano Giovanni deja su trabajo para atender a la mujer a tiempo completo. Mientras, su trabajo en el set de rodaje y sus estancias en el hospital harán que Margherita reflexione sobre su vida.


Las historias de Moretti son ejemplos de lucha e integridad. En todas las películas del director italiano, los personajes protagonistas inician una odisea moderna en busca del respeto y la comprensión, reivindicando su espacio y su voz sin importar las convenciones sociales, familiares y políticas (o, en el caso del errante desertor de Habemus Papam, eclesiásticas). Mia madre no es una excepción, pero sí abre nuevos frentes en la carrera de su artífice. Si en el pasado ese espíritu reivindicativo tomaba las formas de un cine militante, Mia madre es un ejemplo de la serenidad que Moretti ha alcanzado como director, escritor y actor con el paso de los años. En el cine del responsable de Caro diario siguen habiendo pancartas, pero éstas se enarbolan ahora desde la madurez, aunque con la misma convicción del primer día.


Moretti ha logrado filmar la magia de lo cotidiano sin prescindir de sus sinsabores: en Mia madre, comedia y drama se unen y confunden, como si la vida fuera necesariamente una sucesión de momentos graves y livianos, de estampas trascendentes y patéticas. En el imaginario de Moretti se dan cita Margherita, una directora de cine, su hermano, su hija y su madre, esta última gravemente enferma: existencias al borde del abismo que se saben en un momento de transición. Por ello, y aunque pueda parecer que Moretti centra toda su atención en la desaparición del referente materno, Mia madre no es tanto una historia sobre la pérdida como un cuento moderno sobre la resistencia y la persistencia: así, la lucha proletaria que defienden los personajes de la película que está rodando Margherita confluye con la actitud hacendosa del hermano por mantener el equilibrio familiar, al mismo tiempo que la propia Margherita no cesa en su empeño por evitar que sus problemas personales y laborales afecten a su estabilidad emocional. 


En un momento clave del film, Livia, la hija adolescente de Margherita, pregunta a su madre qué utilidad tiene estudiar latín en la actualidad, y ésta no sabe responderle. En una escena posterior, Margherita observa el escritorio de su madre y sus interminables estanterías de vocabularios, diccionarios, gramáticas latinas y libros viejos. Eso es Mia madre: la crónica de un imperio (romano) de vivencias y de valores que se niega a caer, y que, como demuestra su preciosa escena final, incluso en su hundimiento encuentra su coherencia, su razón de ser, la forma de eternizarse mediante el recuerdo.


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Para almas luchadoras que a veces no encuentran fuerzas para seguir adelante.
Lo mejor: La serenidad de su tempo narrativo y
las distensiones cómicas que protagoniza John Turturro.
Lo peor: Algunos recursos fáciles por parte de Moretti como los episodios oníricos.

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