martes, 11 de noviembre de 2014

CRÍTICA | DOS VIDAS, de Georg Mass y Judith Kaufmann


Revisiones históricas
DOS VIDAS (ZWEI LEBEN), de Georg Mass y Judith Kaufmann
Premios del cine alemán 2013: Mejor montaje y ópera prima. Representante alemana a los Óscar 2013
Alemania, 2012. Dirección: Georg Mass y Judith Kaufmann Guion: Georg Mass, Christoph Tölle, Ståle Stein Berg y Judith Kaufmann, a partir de la novela de Hannelore Hippe Fotografía: Judith Kaufmann Música: Christophn Kaiser y Julian Maas Género: Thriller histórico. Drama Duración: 95 min. Tráiler: Link Estreno en España: 11/07/2014
¿De qué va?: Norte de Europa, años 90. Katrine tiene una hija, un marido y una vida normal en Noruega. Es una de las llamadas 'niñas de la Guerra', aunque hace muchos años que no vuelve a Alemania. Todo cambia cuando unos abogados la citen a ella y a su madre para asistir a un juicio. Katrine, que esconde una doble vida, pone en marcha un plan que pondrá patas arriba su estabilidad personal y laboral. Katrine no es la persona que ha dicho ser durante las últimas tres décadas...


En España tenemos muy pocas ocasiones para conocer las constantes de la cinematografía alemana, pero a juzgar por los contados estrenos germanos que llegan a nuestra cartelera (presumiblemente, las obras que año tras año destacan sobre la media de su producción local, tanto en recursos como en méritos), el cine alemán parece muy preocupado en sellar las todavía abiertas heridas de la Segunda Guerra Mundial. Si pensamos en La vida de los otros, Good Bye Lenin!, En un lugar de África, RAF: Facción del ejército rojo, Sophie Scholl, El hundimiento o La ola, los films alemanes más cacareados de los últimos años, veremos una más que evidente necesidad por volver atrás en el curso de la historia y de explicar las interioridades, ya no del conflicto bélico, sino de la vida posterior a la contienda, de la Alemania dividida y de los mecanismos que dominaban las distintas organizaciones que actuaban subrepticiamente pero de forma implacable controlando los pulsos sociales. Dos vidas, el film que nos ocupa, es un enésimo ejemplo de esa tónica, con una trama basada en hechos reales, mención a la STASI y trayectoria comercial muy pareja a la de los largometrajes citados anteriormente, apuntalada sobre todo en un notable recorrido en festivales y su banda de candidata alemana al último Óscar a la mejor cinta de habla no inglesa.


Dos vidas es un thriller sesgado en distintas partes, y no es hasta las últimas escenas cuando al espectador se le ofrecen las suficientes pistas como para cerrar el rompecabezas de la propuesta. La trama arranca poco tiempo después de la caída del Muro de Berlín y explica los maquiavélicos secretos de la Stasi con respecto a distintos niños de procedencia noruega que fueron raptados por el bando nazi durante la guerra en pos de la 'construcción' de la llamada 'raza aria'. Hasta aquí podemos contar, precisamente porque uno de los atractivos y, paradójicamente, el gran defecto del film, reside en su hermetismo, en su alambicada estructura narrativa, a pesar de su incontestable fuerza dramática. Dos vidas abre frentes que se disipan, pero su combinación de cine negro, recreación histórica y drama familiar acaba convenciendo por la potencia del material de partida. Con todo, es indudable que partimos de esos escasos referentes a la hora de juzgar el film, y comparada con La vida de los otros, Dos vidas no pasa de ser una obra correcta con, tal vez, un único inconveniente: la espesura de su esquema narrativo mitiga en parte tanto el tremendismo de la historia como la empatía de la audiencia con sus sufridos personajes.


Dos vidas, en resumen, demuestra la tenacidad del cine alemán por explicar en primera persona los excesos y las verdades que rodean al acontecimiento histórico más importante del siglo pasado y, en consonancia, el episodio que más veces se ha llevado a la gran pantalla. La última reflexión que se extrae del visionado de Dos vidas es que, forme o no parte de una verdadera constante o preocupación del cine alemán contemporáneo con respecto a su historia reciente, la existencia y la distribución de films como Dos vidas son un sano ejercicio de revisión histórica, lejos del sentido del espectáculo y de la manipulación emocional que ofrecen miradas externas al conflicto como las realizadas por Hollywood y alrededores con productos como El niño con el pijama de rayas o La ladrona de libros. Un referente, sin duda, para el tan maltratado cine español y su tan criticada tendencia al 'guerracivilismo': al fin y al cabo, explicar las bases sobre las que se asienta la Europa de nuestros días es tanto una necesidad como una obligación moral, más si cabe si, como sucede con Dos vidas, se aboga primero por afrontar y cofrontar la barbarie, y, posteriormente, por la conciliación que debe primar en toda sociedad moderna mínimamente avanzada.

Para los que se quedaron con ganas de más tras La vida de los otros.
Lo mejor: Su capacidad por mantener el misterio durante todo el metraje.
Lo peor: La estructura del guion, un tanto tramposa.

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