jueves, 19 de enero de 2012

Meryl Thatcher Streep: Crítica de LA DAMA DE HIERRO (THE IRON LADY)


Empieza la película: ¡Nunca antes estuve en una sala de cine con tanto viejete en la butaca! Creo que soy el más joven de la sesión. Si no existe, tengo que abrir un grupo de Facebook titulado 'señoras mayores que van al cine para ver a Meryl Streep'. Pero... ¿Esa es Meryl Streep? ¡Madre mía! Sí, a pesar del maquillaje no hay duda, es ella. Y otra vez está radiante: verla pasear con un bote de leche por las calles de Londres inspira mucha ternura. Pero... ¡oh! Ya no veo a Meryl Streep: esa es Margaret Thatcher, con el mismo peinado rubio y el collar de perlas. ¡Qué gran actriz! Sólo por este arranque la película ya vale la pena.  No llevamos ni cinco minutos y ya se me ocurren motivos para darle el Oscar.¡Uy! Acabo de tener un flash de Iris de Richard Eyre.

Salen los primeros títulos de crédito: No recuerdo que Thatcher apareciese mencionada en ningún libro de historia del instituto. ¡Qué mal! ¿Por qué no te documentaste un poco antes de ver el film? En fin. Habrá que valorar la película en términos estrictamente cinematográficos. No es la apología que muchos dijeron. No es un biopic redondo porque no sabe crear tensión: sólo The Queen conseguía un thriller decentísimo con las formas obligadas de la trama biográfica. Es curioso: interesa más ver a Streep caminando por su casa, viéndola fregar una taza o comiéndose un huevo duro que gobernando Inglaterra.  O lo que es lo mismo: la mujer recordando su trabajo como Primera Ministra por encima de la propia actividad política del personaje. ¡Pero qué mujer! Firme en sus convicciones, sin riesgo a resultar impopular, terca hasta el final. Aunque la directora se pasa con ciertas líneas de guión de excesiva propaganda feminista.

Al día siguiente: No hay duda. La dama de hierro es Meryl Streep. Punto y final. La película tiene sus momentos buenos, no resulta pesada, pero podría ser fácilmente un telefilm de sábado a media tarde. Vaya, en la línea de lo que viene llevando el calificativo de 'oscarizable' desde tiempos inmemoriables. Pero lo de Streep merece aparecer en el primer capítulo del manual del intérprete en ciernes. Streep consigue su dama a base de mímesis y de creación, modulando su voz y sirviéndose de una gestualidad riquísima. La película se quedará en la mismísima alfombra roja de los galardones de la Academia porque poco puede aportar al cine del 2012. Todo pasa, y sólo queda ella: Meryl Thatcher Streep. ¡Ya tengo título para la crítica del blog! A escribir...


Nota: 6

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