miércoles, 1 de octubre de 2014

CRÍTICA | EL PROTECTOR (THE EQUALIZER), de Antoine Fuqua


Tipo duro
EL PROTECTOR (THE EQUALIZER), de Antoine Fuqua
Festival de San Sebastián: Film inaugural
EE. UU., 2014. Dirección: Antoine Facqua Guion: Richard Wenk Fotografía: Mauro Fiore Música: Harry Gregson-Williams Reparto: Denzel Washington, Chloë Grace Moretz, Haley Bennett, Marton Csokas, Dan Bilzerian, Johnny Messner, Robert Wahlberg, Melissa Leo, Bill Pullman Género: Thriller Duración: 125 min. Estreno en España: 17/10/2014 Tráiler: Link
¿De qué va?: Robert trabaja en una tienda de bricolaje. Nadie conoce nada de su pasado, pero ese pasado aflora el día que la mafia rusa se ensaña con Teri, una joven prostituta con la que Robert mantiene una curiosa amistad. Robert recurre a sus dotes como antiguo agente de la CIA para ajustar cuentas pendientes y salvar a Teri de los mafiosos.


San Sebastián es un escaparate inmenso de todas las constantes del cine que se produce y dirige en las cinematografías más importantes del mundo. En ese muestrario de películas también hay espacio para el cine de masas, títulos de naturaleza mainstream, y prueba de ello lo tuvimos con El protector (The Equalizer), el film inaugural que sirvió de excusa para conceder el Premio Donostia al intérprete Denzel Washington. Los programadores del certamen vasco no se marcaron ninguna excentricidad al incluir lo nuevo de Antoine Fuqua en su selección, ya que El protector (The Equalizer) ejemplifica la evolución de ese cine de acción, protagonizado por hombres y destinado a una audiencia masculina, que nació con los primeros coletazos del western y del cine negro, que ganó músculo y popularidad de la mano de Schwarzenegger y Stallone, que en décadas posteriores tuvo como estandartes a intérpretes como Willis o Seagal, que hace poco siguieron Diesel o The Rock, que a día de hoy encarnan actores como Statham y que ha servido en algún momento de refugio a actores de mayores registros dramáticos, como por ejemplo Nicholas Cage o Mel Gibson, y ahora el citado Denzel Washington (recapitulando, la historia es larga y viene de lejos). 


El film, por lo tanto, forma parte de un (sub)género que obedece a esquemas conocidos, que atrae a mucha gente a las salas por su impúdico y espectacular sentido de la violencia. Un cine, vaya, que Hollywood viene facturando desde tiempos inmemoriales con dudoso gusto, pero siempre con un esquemático y reduccionista sentido del bien y del mal. El protector (The Equalizer) suma y sigue en esta lista de tortazos, cuchillazos, artes marciales y muertes de lo más selectas, y añade como novedad una factura visual de herencia asiática: planos ralentizados, gotas de lluvia que caen al ralentí, mafiosos que se mueven a velocidad pausada, mayor ensañamiento y recreación a la hora de mostrar sangre y vísceras (especial mención para la carnicería final, dispuesta cual episodio de '1.000 maneras de morir en Leroy Merlin')... Cambio, eso sí, mínimo. Y por no cambiar, ni tan siquiera contamos con un guion mínimamente elaborado: aunque el personaje de Washington admite pocos matices, el libreto quiere hacernos creer que es un justiciero con corazoncito, que actúa fiel a su recio sentido del equilibrio social... una de tantas patrañas bien envueltas del cine yanki de ahora y siempre.


El protector (The Equalizer), en resumen, es un film ya visto, de ética más que desfasada, con un metraje que se alarga hasta la saciedad y una nómina de secundarios que roza el absurdo. San Sebastián la citó a su fiesta anual para agasajar a Washington, pero en la cinta el oscarizado actor tiene muy pocas opciones de desplegar sus dotes interpretativas: mantiene el tipo con dignidad, juega a imitar el prototipo de tipo duro que ya había practicado en otras y mejores cintas (a bote pronto, se nos ocurre El fuego de la venganza), y con su fingido laconismo únicamente parece pedir a gritos una participación en la nueva entrega de Los mercenarios. Afortunadamente, tras la propuesta de Fuqua pudimos ver muchísimas otras en Donostia, infinitamente más interesantes. La lástima es que El protector (The Equalizer) es una de las pocas obras festivaleras que tiene asegurado su estreno. Parece, aunque cueste reconocerlo, que todavía siguen habiendo espectadores que demandan nutridas dosis de hemoglobina y testosterona en la gran pantalla, y que la maquinaria de la industria norteamericana sigue dispuesta a saciar estas cinefilias tan primarias. De todo tiene que haber en la viña del señor y en la cartelera de los multicines, pero a título personal El protector (The Equalizer) es uno de los visionados más desagradables de este 2014.


Para espectadores (hombres) con muchas ganas de acción.
Lo mejor: La coreografía de algunas de sus estampas más violentas.
Lo peor: Le sobra media hora larga. Los personajes de Pullman y Leo.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Creo que es una critica muy desafortunada, la pelicula me encantó y de por sí recaudó mas de 40millones de dólares, creo que te viniste un poco arriba criticando, un humilde amante del cine de ahora y siempre

Anónimo dijo...

No recuerdo ninguna película donde Denzel no me haya sorprendido y entretenido tanto, es una de esas películas en donde te desconectas del mundo por la trama tan buena que ofrece, una vez más Antoine y Denzel juntos, sin duda un buen equipo de trabajo.