jueves, 2 de abril de 2009

PARANOID PARK 6 / 10

a José Barriga, la parte entusiasta de la paranoia

Uno debería preguntarse si Paranoid Park es un film o una pieza de videoarte, una rareza premeditada por su autor o una forma de subrayar y ampliar lo expuesto en las desgarradoras Elephant, Gerry y Last Days. Obviaremos tan espinosa definición para llegar a la conclusión que las cuatro películas citadas son las partes de un todo, un discurso sobre la vida, la muerte, la adolescencia, la culpabilidad y otras neuras del señor Van Sant. Siempre me ha molestado/fascinado el discurso de Gus, básicamente porque intenta hacer apología del cuerpo masculino cada vez que puede, de una forma gratuita, superficial y videoclipera. No les falta razón a quiénes critican la falsa rebeldía (¿o era descaro?) de Mala noche o Drugstore Cowboy; tampoco van mal encaminados los que entienden Elephant como un alicaído anuncio de Bennetton. Van Sant es más un esteta que un cineasta, básicamente porque sus películas se reducen a una simple idea, planteamiento que muchos sintetizarían a modo de cortometraje. Pese a esto, la estética es tan poderosa que Van Sant, concienzudo mago del montaje y la manipulación visual, atrapa al espectador y consigue sacudirlo con escenas rotundas, únicas, inigualables. Elephant y Last Days son dos obras maestras, pero de ellas solo me interesan su tono entre bello y turbio, esos fotogramas lánguidos que sumen al espectador en un estado de hipnosis. Las reflexiones sobre el suicidio emocional de Kurk Cobain o la matanza de Columbine son, al fin y al cabo, escusas que utiliza Van Sant y no temas principales. La dualidad, pese a todo, funciona. El efectismo solo es válido si se combina con la efectividad, caso que sucede contínuamente con Van Sant. Pensándolo mejor, ¿no es el cine el arte del engaño?




En todo este panorama de manipulación y estética, Paranoid Park supone la cinta más rápida (de ver, y seguramente de rodar) y ecléctica del norteamericano, una historia sin pretensiones en la que vuelve a primar el cómo al qué. Si bien no aporta nada nuevo, Paranoid Park confirma muchas cosas de su autor, aunque el resultado sea menos sólido y trabajado que antaño. Paranoid Park es una cinta nacida de la grandilocuencia y egocentrismo de Van Sant, un proyecto hecho para disfrute personal (del autor) pero no colectivo (del público). Lástima que Van Sant no tenga la carga dramática de Iñárritu, la agudeza de Von Trier o la filosofía subterranea de Haneke porque, de haber sido ideada y rodada con más tiempo y esfuerzo, estaríamos ante la nueva Donnie Darko, un film de culto entre jóvenes alternativos (sí, los mismos que filma Van Sant). Pero la hora y veinte del experimento engancha y puede soportar perfectamente varios visionados. Paranoid Park demuestra que Van Sant resulta más interesante cuando juega con las imágenes y olvida conceptos como la coherencia o la complaciencia. Ya sabemos qué sucede cuando Van Sant opta por el camino contrario (las menores Milk, Descubriendo a Forrester o El indominable Will Haunting): he aquí la grandeza, la doble personalidad de un artista paranoico, de un trilero con arte y morro.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

La impresión "subjetiva" que tengo de Van Sant es la de un sujeto ambivalente, un hombre de talento innato pero que la mayoría de las veces sucumbe a la necesidad del reconocimiento general e incurre en el auto-engaño.
Cada vez resulta más lejano el tiempo en que era considerado como director vanguardista, representante del cine independiente, y gran promesa del cine de autor.
Aunque la esencia y el resultado final entre - por poner sólo ejemplos paradigmáticos - , "Elephant" Vs. "Good Will Hunting" (o la propia "Milk") son más que evidentes, es difícil no observar la pretensión de su creador por recibir los vítores, a veces exclusivamente de la crítica, y de vez en cuando del público en general; haciendo gala de sus artes para manipular al espectador.
No es que esto sea negativo, pero contrasta con la idea que vendió a la industria con sus primeros trabajos, lo cual me genera en lo personal cierto grado de desinterés.
Interesante nota, una apreciación crítica que comparto, méritos del director que reconozco, pero por lo anteriormente expuesto en mi comentario me impiden caer en la autoindulgencia y concederle un rasgo de maestría a su creador.
Saludos,

Jose Barriga dijo...

No tengo por que volver a repetir que Van Sant es mi director preferido, pero lo hago¡. Paranoid Park ya es una pieza de arte que será visionada y estudiada en un futuro, tan sencillo por que nadie como Van Sant puede trasformar un hecho cotidiano o no, en una pieza de arte. Y gracias a Dios que este no posee la carga emocional de Iñarritu o la agudeza de Von Trier, o la filosofía de Haneke (que últimamente al ver el resto de su filmografía me ha decepcionado mucho), todas estas Comparaciones que me resultan fuera de lugar. Pero en fin, un 7 es un 7, y viniendo de ti, creo que es una buena nota. Yo siempre confío en mis gustos y exigencias, y gracias a estas he sabido valorar las verdaderas obras de arte cinematográficas, y Paranoid PARK lo es. SALUDOS

Jose Barriga dijo...

Y Gracias por la dedicatoria Xavier. jjjj.

Alec Roivas dijo...

Primera vez que estoy deacuerdo con todo lo que dice John Mirko (por cierto ya espero ek inicio de su blog).

Van Sant me parece un tanto pretencioso e hay que reconocer que ha realizado unas película tremendamente malas como Psycho o Last Days, e incluso no comprendo la maestría que muchos encuentran en Elephant a pesar de que me parece muy bien dirigida.

Creo nunca volvio a dirigir nada de la talla de sus primeros films como My Own Private Idaho o Drugstore Cowboy e incluso 2 Die 4.

Saludos.

Anónimo dijo...

José:
Sin afán de ofender o contradecirte, tal vez viendo algo de neorrealismo o nouvelle vague, comprendiendo el contexto en el cual se desarrollaron estas corrientes, y recordando que en esas épocas no se contaba con la tecnología y efectos visuales que hoy disfrutamos, probablemente Van Sant sea sólo un buen director con una técnica impecable y que de acuerdo a sus ambiciones de momento construya a partir de objetos "cotidianos" (matanzas, por ejemplo) un análisis psico-social que critique a la sociedad consumista a la que de vez en cuando le suministra material.
Yo creo que aún falta bastante camino para que obras como "Elephant" (la cual sí considero impecable, mas no una pieza de arte), o "Paranoid Park", sean verdaderos objetos de estudio, porque estas historias, como bien dices, reflejan nuestra "cotidianeidad", y quienes se encargarán de analizarlas serán las futuras generaciones cuando quieran estudiar el comportamiento de la sociedad de esta época en versión "para dummies" y además disfrutar de una agradable fotografía.
Gracias a Dios que Von Trier y Haneke califican como AUTORES, y que a pesar de su complejidad o pretensiones estilísticas aún se mantienen firmes a sus principios y conservan la independencia para hacer SU CINE sin importarles la recaudación de taquilla, la repercusión en el otro lado del mundo, o el número de premios que obtendrán por sus trabajos.
A veces el ego nos lleva a pensar que somos los dueños del mundo y nuestra palabra - criterio, apreciación cinemera, y exquisito gusto personal - es ley.
Como en los Directed By, "no veo porque te lo tomas tan en serio, si esto es sólo un medio de entretenimiento y diversión".
No sólo se trata de ser humildes, sino de parecerlo

Alec:
Me temo que tendrás que esperar un tiempo para el estreno del blog, pero creo que no defraudará.

Saludos,

Jose Barriga dijo...

Mirko, comprendo y entiendo tu punto de vista. Y creo entendiste muy mal mi comentario, soy fan de Van Sant (así resulte para otros un mal o buen director), y solo por este hecho, defiendo esta película que me gusto muchísimo. La defiendo así como tú defendías a “The Reader”, y criticabas a “Slumdog”. Todos tenemos gustos diferentes y obviamente los respaldamos. "no veo porque te lo tomas tan en serio, si esto es sólo un medio de entretenimiento y diversión", soy un simple espectador, humilde que disfruta del cine, por eso me alegra ese 7 de la nota de Xavier. Con respecto al Directed By es otro tema que no me gustaría tocar, ya que no viene al caso. Saludos Mirko

Jose Barriga dijo...

Xavier pues te comento, Cache la vi gracias a tu recomendación y me pareció una obra maestra del género, esto avivo mis ganas de ver toda la filmografía de Haneke, pero “La Pianista” me decepciono un poco, aunque si es una película arriesgada en su discurso, y nuevamente me impresiona el desenlace. Pero “El Video de Benny” y “Funny Games” no me gustaron nada. Pero tranquilo, aunque parezca que nuestros gustos repelen, recuerda que admiro todos los films de Moretti, Von Trier y Almodovar. Saludos Xavier

Anónimo dijo...

José:
Sé muy bien sobre los fanatismos, y no es eso lo que te observo, sino el excesivo entusiasmo y la poca o nula justificación a tales ataques de apasionamiento por determinadas obras.
Uno puede ser diestro para escribir y llenar de adjetivos una determinada obra, pero de lo que se trata es de verlas y apreciarlas con la mayor objetividad posible. Si es una obra maestra, sería interesante leer un sustento técnico o crítico al respecto.
Ahí me tenías con The Reader en el blog de "lososcar2009", y aunque fue difícil porque evitaba los spoilers, creo que siempre se notó mi intención de explicar el porqué de todo aquello que los bloggers le achacaban.
Por cierto, aún nadie me ha dicho a ciencia cierta dónde está la "maestría" de Slumdog, el por qué es considerada "la película de la década", y menos aún han explicado objetivamente el desarrollo argumental de esta película (jajaja, para otra vez será).
Como le decía alguna vez a Alec Roivas, como blogers, más aún con la importancia y el número de visitantes que ostenta tu blog, es preciso destacar la importancia o el aporte de ciertas películas y sustentar con un fundamento crítico medianamente objetivo el por qué creemos cada uno que la obra en mención merece ser visionada por aquellos que leen nuestras notas y NO hacer leña a las obras sólo porque no guardan relación con nuestros gustos personales.
El tema tal vez sea "dosificar" el tono de los comentarios, redefinir los superlativos, y sentar las bases de lo que cada quien considera "obra de arte" y en base a qué argumentos.
Saludos,