lunes, 25 de enero de 2016

CRÍTICA | LA GRAN APUESTA, de Adam McKay


La crisis, en crisis
LA GRAN APUESTA (THE BIG SHORT), de Adam McKay
5 nominaciones a los Óscar y a los Bafta. 4 nominaciones a los Globos de oro
EE. UU., 2015. Dirección: Adam McKay Guión: Adam McKay y Charles Randolph, a partir del libro de Michael Lewis Fotografía: Barry Ackroyd Música: Nicholas Britell Reparto: Christian Bale, Steve Carell, Ryan Gosling, John Magaro, Finn Wittrock, Brad Pitt, Hamish Linklater, Rafe Spall, Jeremy Strong, Marisa Tomei, Melissa Leo, Stanley Wong, Byron Mann, Tracy Letts, Karen Gillan, Max Greenfield, Margot Robbie, Selena Gomez, Richard Thaler, Anthony Bourdain Género: Comedia dramática Duración: 120 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 22/01/2016
¿De qué va?: Antes de que el sector inmobiliario entrara en quiebra y se produjera la debacle económica de hace ocho años, cuatro hombres descubrieron las peligrosas maniobras de ciertos bancos. Con esa información, y pese a la sorpresa de sus amistades y compañeros de trabajo, deciden invertir en la llamada 'gran apuesta' con el fin de ganar dinero adelantándose a las pérdidas monetarias de unos y de otros.


La crisis económica ha dado pie a infinidad de ficciones. Grandes películas, buenos títulos e incluso algún nombre mediocre. Documentales como Inside Job, recreaciones más o menos fidedignas como la de Margin Call, comedias al estilo Up in the air y dramas desgarradores como Dos días, una noche. Así que, llegados a estas alturas, parece que queda poco que contar. La gran apuesta considera que no es así y nos ofrece la crónica de cuatro hombres, a cada cual más particular, que descubrieron las transacciones corruptas de los bancos antes de que la economía llegara al colapso de 2008. Pero no estamos ante el retrato de un grupo de gurús que intentó reconducir la maltrecha situación de la borsa: los protagonistas jugaron una partida arriesgadísima con la banca, convirtiendo esa supuesta debacle en una posibilidad para ganar dinero. En definitiva, esta es la historia de unos sinvergüenzas que intentaron sacar provecho de la desgracia ajena, como si los rascacielos de Wall Street fueran fichas del Monopoly.


Con esta premisa, queda claro que la película de Adam McKay es una historia de mentiras, cargada de momentos delirantes y frases de guión que destilan cinismo por los cuatro costados. Lo que uno no podía esperar, y más tratándose de un título aspirante al Óscar, son las formas de videoclip nervioso de La gran apuesta. Su maraña de datos, la ausencia de personajes de carne y hueso, su montaje nervioso de chistes de muy mal gusto y la sensación de que el propio director, como esos cuatro caraduras, quiere dar gato por liebre a la audiencia. Y el engaño da paso al enfado. Estábamos en lo cierto: La gran apuesta no sólo no cuenta nada, sino que no hace ni el mínimo esfuerzo para resultar divertida, mínimamente reveladora. Da apuro ver un plantel tan notable de actores diciendo tantas sandeces en una película tan autocomplaciente y altanera. Normal que, a la salida de la sala, algunos dijeran entre risas que, en lugar de The Big Short, la película debería titularse The Big Shit. Y es que, en términos cinematográficos, el film es tan antipático como 'el marrón' de la crisis. 



Para los que soñaban con una versión 'sitcom' y 'light' de El lobo de Wall Street.
Lo mejor: Christian Bale amplía su nómina de personajes tarados.
Lo peor: Le faltan silencios y planos fijos, y le sobra media hora de metraje.

1 comentario:

Juan Carlos dijo...

Menos mal que OS leido, pues este finde iba a ir a verla. La cambiaré por otra. Hay mucho y bueno ahora en cartelera. ¿Qué tal "La pequeña danesa"?
Un abraxo