La siguiente reseña no contiene spoilers
El 'film experiencia' del año
LO IMPOSIBLE, de Juan Antonio Bayona (España, 2012)
¿De qué va?: María, Henry y sus tres hijos se disponen a pasar las navidades en la costa tailandesa. La familia vive en Japón por el trabajo de Henry. Por su parte, María es una enfermera que desde que tuvo a los pequeños dejó de trabajar. El futuro se avecina incierto hasta que un suceso cambia sus vidas y la de las miles de personas que les rodean. Un tsunami arrasa con todo lo que encuentra a su paso. María, herida de una pierda, luchará por vencer la corriente del agua y rencontrarse con su hijo mayor Lucas. Mientras, Henry es engullido por la gigantesca ola junto a los dos pequeños. Una historia real que nos cuenta las vicisitudes de una familia española que vivió en primera persona el tsunami que asoló la costa asiática el 26 de diciembre de 2004, el día en que sucedió algo inimaginable, inesperado, a priori imposible.
Reacciones del público en Sitges: El Auditori acogió el domingo 7 de octubre la cola más larga del festival. Había motivos: la sesión de Lo imposible supuso la vuelta de Bayona a su festival preferido, el mismo al que asistía cada año como cinéfilo ('ni Toronto ni cualquier otro', dijo Bayona). Bayona también se acordó de gran parte del equipo técnico de la película, que subió al escenario: seguramente entre los presentes estaban algunos de los próximos nominados a los Goya y a los Oscar (la gente aplaudió durante los títulos de crédito, especialmente a la fotografía de Óscar Faura y al guion de Sergio G. Sánchez. El no tan niño Tom Holland, que en persona recordaba a un Jamie Bell en ciernes, cerró la presentación con un espontáneo 'Força Barça': se dice que en el backstage Bayona y los suyos no perdían ripio del partido de futbol que enfrontaba el Madrid y el Barcelona. Sin duda Bayona consiguió su objetivo: al salir de la sala, incluso minutos antes del final, ya se podía oír algún que otro moqueo, y la sensación es que gustó ampliamente a todos. Un éxito que seguro se repetirá en su estreno comercial.
Valoración: A simple vista podría parecer que Bayona he elegido un tema demasiado espinoso para los tiempos que corren: evocar el tsunami que todavía sigue en nuestras retinas no parece ser la mejor estrategia para continuar el prometedor camino que inició El orfanato. Pero Lo imposible es contra todo pronóstico una película que habla de la vida, de la supervivencia, de la unión en momentos difíciles. La película es técnicamente irreprochable, atractiva, apabullante. Y además tiene la capacidad de conseguir lo imposible (o no tanto): que salgamos del cine conmovidos a la par que contentos, llenos de energía y al mismo tiempo aterrorizados. Lo imposible es un canto a la resistencia y un cuento precioso que nos enseña la humanidad que acompaña al desastre. Y contar en plena crisis y pérdida de fe una historia alentadora sobre el género humano es todo un acto de valentía. Lo imposible es una película actual que recoge la fragilidad del ser humano como pequeñísima parte de un mundo que no controlamos. También la narración del caos y la solidaridad que viene después. Hay una ola física y otra emocional que nos moja y arrasa, nos toca y conmueve. Algunos dirán que es una película sensiblera, manipuladora en su espectáculo. Pero en realidad Lo imposible es una de las propuestas más honestas, francas, transparentes y sinceras del año. Va de frente. No busca los tres pies al gato. Y se sirve del sentido de la técnica y la sensibilidad del drama (algunos la han comparado desatinadamente con Spielberg) para ofrecernos un producto puro que navega entre el blockbuster y lo intimista. Busca ser una experiencia y lo consigue. Bayona no debe pedir explicaciones, aún menos perdón, por contar su historia desde la empatía y la emoción a flor de piel. En las imágenes de Lo imposible se intuye un autor apasionado que domina el arte cinematográfico y que además se atreve a meternos en el túnel de las emociones encontradas. Bayona, más consagrado que debutante, logra la catarsis. Y además confirma sus directrices como cineasta, llámense constantes, motivos o preocupaciones que se repiten y que se remontan a sus primeros cortometrajes. Porque si en El orfanato la madre buscaba desesperada al hijo, aquí es el retoño el que lucha por salvar a su madre. Es en este apartado cuando Lo imposible se impone como historia de lazos maternofiliales contada desde el entendimiento y la nostalgia. Bayona representa el luchador y el creyente, y su última película es prodigiosa: es cine de vocación popular totalmente capaz de dejar una huella indeleble en su audiencia, y al mismo tiempo quiere ser un puente que nos ayude a comprender el horror que se vivió y que se vive ante una situación tan extrema como la expuesta. Se recuerda y se lleva a cuestas, se retienen fotogramas de forma involuntaria. En definitiva, una obra rotunda, otra más, que engrandece nuestro cine y nuestras almas. Pedir nominaciones a los Oscar, varias, bastantes, para el equipo tanto técnico como artístico, no es una osadía. No hay nada imposible. Una de las mejores películas del año.
Para los que no se resisten ante los llamados 'fenómenos del año'
Lo mejor: La conjunción de técnica y drama.
Lo peor: En el fondo su mensaje es muy conservador.
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Nota: 8
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