domingo, 10 de octubre de 2010

Crítica de BURIED (ENTERRADO)



Esta reseña contiene datos del argumento y desarrollo del film. 

SOBRE LA SOLEDAD Y LA BUROCRACIA
Uno de los miedos más arraigados del hombre moderno es la soledad. El humano se pierde en la inmensidad del mundo y teme no ser recordado. Más aterrador es pensar que el espacio del que disponemos es mínimo, como lo que le ocurre a Paul Conroy en la nueva película de Rodrigo Cortés. Realmente no estamos en un ataúd: más bien en un todo que a la vez es nada, en una perfecta metáfora del vacío existencial que asfixia, aquí también en su sentido literal, a todos los habitantes del planeta. Buried tiene las formas de una pesadilla, pero se vive con la claridad de lo que sólo puede ser real. Peter Conroy repite en varias ocasiones su nombre y al salir de la sala el espectador sólo conoce su nombre. Eso es lo que importa: saber su identidad, ese caso personal que también es el de toda una colectividad. Y asusta. Peter Conroy está avisando al mundo exterior que existe. Llama con un teléfono móbil pidiendo ayuda. El resultado es escalofriante: recibe la incomprensión de todos, y la poca solidaridad de sus interlocutores se mezcla con una lucha por la supervivencia, lo más humano y al mismo tiempo lo más salvaje que se pueda imaginar. Peter Conroy es un hombre ahogado por la burocracia. Los trámites que tiene que realizar para salvarse son muchos. Reivindica que es 'uno más', que no es un soldado norteamericano, que simplemente estaba en el lugar y en la hora más desafortunada. Peter Conroy es el hombre que trabaja, el que lucha, el que intenta integrarse. Peter Conroy está sólo ante el peligro. Él es el héroe moderno: no tiene poderes especiales, es vulnerable y se parece demasiado a la gente que conocemos. Pero lo excepcional se esconde en lo normal: todo apunta a que ya luchaba por sobrevivir cuando transportaba camiones con comida en suelo irakí (el otro escenario del desastre). 'Usted no es el primero en ser secuestrado y enterrado', dice una voz desde el otro hilo telefónico a Peter. Los caminos que toma Buried, estilísticos y narrativos, se insertan a la perfección con la esencia del relato: es el sistema quien ha dejado bajo tierra a Peter. Hay que asegurar la empatía del espectador con el personaje, y Cortés se sitúa en un límite que muy pocos han logrado cruzar: conseguir que el sufrimiento de Peter sea durante hora y media nuestra agonía. Eso es cine, paralelamente a cualquier metáfora o cábala intelectualoide. De ahí el vacío que supone salir de la sala tras la tortura. Buried podría emparentarse con las propuestas más radicales de la dècada (desde Mulholland Drive hasta Antichrist, todas ellas obras sombrías y suicidas), y también funciona como producto menos sivarita, cine de acción que desconstruye (o más bien desnuda) el cine de acción. Porque Buried es thriller, terror, drama y comedia negrísima al mismo tiempo. También la película más antibelicista de la actualidad (aunque paradójicamente no cuente con ninguna escena de guerra). Habla de la precariedad laboral y la falsa moral de las grandes empresas de forma mucha más descarnada que, por ejemplo, El jardinero fiel. Buried urga en el cine de antes para apuntar al futuro: a un cine que aspira a ser una experiencia y que no precisa de 3D para ver a todo tamaño los dientes, las lágrimas, los ojos y las frustraciones que esconde ese rostro de Ryan Reynolds. Un cine que no puede ser contado, sólo visto. Un cine vivido desde el mismo rodaje, con una lucidez desbordante capaz de mantener la tensión a cuotas de infarto. En otras palabras, imágenes que son también patadas en el estómago, bofetadas capaces de sacudir el alma.



SOBRE LA MEMORIA Y LOS RECUERDOS
Otro de los temas que aborda Buried es el de la memoria. Paul tiene que recordar ciertos números de teléfono si quiere salir con vida. Le piden que recuerde lo que le pasó antes de ser encerrado, a lo que poco o nada puede contestar. Su grito es claro: recuerden que estoy aquí, que sigo vivo y que no tengo mucho tiempo. Paul actúa como el muerto que pide ser recordado desde los infiernos. Los recuerdos son tan volátiles como frágil parece nuestra existencia. En uno de sus momentos más desesperados, Paul llama a su madre que está en una residencia de ancianos. Ella no recuerda a su hijo porque padece Alzheimer. No padece quien olvida, sino el que no es recordado. Esta lucha a contrareloj es un viaje hacia la vida, hacia la luz y también hacia la memoria. Como el buceador que se impulsa rápido hasta la superfície para evitar quedarse en medio del mar. En eso se basan nuestras relaciones o interacciones con los demás: por eso Paul llama antes que nadie a su esposa y a sus hijos, sus únicos referentes, los únicos que al final lo recordarán. Queremos ser útiles, que lo que hagamos y sentimos importe a alguien. Peter se está reivindicando a sí mismo, y en este pulso contra el olvido participan factores que no puede controlar: desde ese gobierno que tiene que pagar 5 millones de dólares hasta los secuestradores, que llaman sin avisar (Paul encarna la figura del eterno manipulado). La amenaza es más interesante cuando se sugiere que cuando se explicita (véase los sonidos que Paul oye y que le llevan a pensar que está en una mezquita). Aquí no hay asesinos, al menos en su versión más física. Cortés coge una de las bases del cine de Haneke (por citar un ejemplo de 'contar mucho con pocos recursos') y zarandea su ficción hasta convertirla en la vibrante seguidora de Hitchcock (cuya influencia se hace palpable desde los títulos de crédito) o incluso Spielberg (el director dijo que quería explicar una nueva Indiana Jones en escasos metros cuadrados, y no existe definición más acertada para describir Buried). Incluso en este apartado el film abraza la memoria: quiere ser recordado como rareza inclasificable, y el tiempo seguramente le dará la razón.  Paralelamente Marc White, otro civil enterrado en Irak, es la metáfora del gran olvidado. Por ello el final (que no desvelaremos) relaciona a Paul Conroy con Marc White. Los dos acaban siendo la misma persona: irónicamente Marc es el muerto que vuelve a la vida al ser desenterrado y Peter es el vivo a punto de morir. Buried se sitúa precisamente en ese lapso de tiempo que diferencia lo pasado de lo futuro: es una película contemporánea que habla del aquí y del ahora, pero que seguramente podría aplicarse a cualquier momento histórico. Lo que ocurre con las buenas películas, esas que siempre ganan la batalla contra el olvido. Paul Conroy, se interprete como se interprete la última escena, sigue vivo.


La interpretación: Ryan Reynolds en el papel que debería hacerlo célebre. Un papel que es un asedio físico y psíquico en toda regla. Pocos actores se prestarían a tanto trote, a interpretar mediante jadeos o gritos. Felicidades, Reynolds.

El logro: Cortés ilumina su rectángulo con varias luces. Lograr que la película cambie de estética cada diez minutos, que sorprenda también a nivel visual es todo un acierto. Cortés ejerce de director y montador, algo lógico porque una película de estas características se rueda verdaderamente en la sala de montaje. La disposición de las piezas es excelente. Felicidades, Cortés.

La escena: Peter habla con un hombre que se empeña en grabar la conversación. Cuando averiguamos sus verdaderas motivaciones, la pantalla enmudece. Brutal.

Nota: 8'5

12 comentarios:

Neri Yahir Martínez dijo...

Vaya! he pasado a leer la reseña, pero no lo he hecho debido a la advertencia inicial, ya que en mi país llega hasta el 16 de noviembre.

Pues para un 8.5 debe ser genial! Esa calificación me dan aún más ganas de verla. Espero pase el tiempo rápido.

Saludos!

Jose Barriga dijo...

Aún no la veo, por lo tanto no leí la reseña. Te comentare de forma mas extensa cuando la visione, que por cierto "MUERO" por verla.

fer dijo...

Me pasó algo curioso. A los cinco minutos de iniciada la proyección, pensé: Y si me marcho? Creo que no aguantaré los 95 minutos. A los 10, ya me había quedado pegado a la butaca, y los 95 minutos se me hicieron "agónicamente" cortos.

Daniel Bermeo dijo...

Estoy que no aguanto... Te soy franco y no he leido la critica, por la advetencia pero cuando lo haga la leo y te comento de nuevo...

Saludos!

Rafael dijo...

WOW al parecer si que esta buena....para darle esa calific...si vale la pena verla....ahora ya tengo otra razon para ir a verla...

Pablo Martinez dijo...

Yo también ya la quiero ver, aunque los críticos más exigentes de mi país la tildan de "pésima" y alegan que hasta tiene errores muy grosos de dirección.

En fin, a muchos les gusta, habrá que verla.

Un abrazo!

Lucas Liz dijo...

Para mí, tengo que decir, que es realmente buena, una gratísima sopresa.
Muy bien desde la dirección, desde el montaje (efectivamente todo aquí debe ir de la mano) y gran interpretación de Ryan Reynolds.
Al prinicpio me costó un poco engancharme, pero después, ohhhh, madre mía, tiene una media hora final tremenda, vibrante, espectacular.

Desde la Ignorancia, Lucas Liz.
http://cinesincriterio.blogspot.com

JC dijo...

me gusta tu blog, y tu crítica excepcional. Seguiremos tu blog desde Fan cine Blog 2. Sigue así, nos gusta tu página.

Mario dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con la crítica, de hecho la que escribí va en la misma línea: un gran BRAVO para actor y director. Sin embargo, la mayoría de espectadores coincide en que no les gustó, no sé si es por el final o por el conjunto de la peli que les aburrió. Lo cierto es que la mayoría de la crítica valora alto este film, frente a la mayoría de los espectadores, que la ven como una pérdida de tiempo. Curioso...

Tbiaroxe dijo...

A mi me encanto, el problema con este tipo de peliculas es que a todos no les puede gustar el final, prefiero el la tension de la ultima hora de pelicula y lo mucho que trasmite en un unico decorado que el universo de Pandora y sus gatitos azules previsiblemente lineales.

Tbiaroxe dijo...

A mi me encanto, el problema con este tipo de peliculas es que a todos no les puede gustar el final, prefiero el la tension de la ultima hora de pelicula y lo mucho que trasmite en un unico decorado que el universo de Pandora y sus gatitos azules previsiblemente lineales.

Tbiaroxe dijo...

A mi me encanto, el problema con este tipo de peliculas es que a todos no les puede gustar el final, prefiero la tension de la ultima hora de pelicula y lo mucho que trasmite en un unico decorado que el universo de Pandora y sus gatitos azules previsiblemente lineales.