lunes, 14 de marzo de 2011

Truman James Franco Capote: HOWL

Las películas más inspiradas son las que inspiran. Si sales del cine eufórico, con ganas de pintar o escribir, es que el material fílmico ha activo un dispositivo contagioso de belleza y creación. El arte crea arte. Quizás por eso el cine se ha interesado tanto en la vida de artistas anteriores, en este caso el escritor Allen Ginsberg. Howl, biografía de uno de los poetas más polémicos del pasado siglo, tiene la capacidad de subir nuestros niveles sensoriales y después de verla dan ganas de probar a inventar algunos versos con sentido y musicalidad. James Franco realiza un trabajo de mímesis impecable, y seguro que a estas alturas ya se debe preguntar por qué sólo le toca lidiar con personajes homosexuales o un tanto locos. El problema es que ese proceso de admiración e inspiración casi divina dura unos pocos minutos. La cinta es, finalmente, demasiado evidente, y no llega a dejar poso. Como si, presentada la triple estructura narrativa, puesta en marcha la combinación de escenas animadas con otras en blanco y negro, sin olvidar el juicio donde se discute los valores artísticos del libro de poemas de Ginsberg (porque, para más inri, la película pivota sobre el significado del concepto 'arte', aunque las frases del abogado defensor Jon Hamm sigan el manual de la 'politésse' más fácil; incluso tiene una doble lectura en un tiempo en el que la palabra 'censura' vuelve a planear tras las polémicas de la Ley Sinde o la película A serbian film), Howl se limitase a repetir hasta la saciedad una fórmula que sabe seguir pero nunca ampliar. Al final la sensación es que Howl, apreciable como curiosidad fuera de las corrientes comerciales actuales, es una pieza de videoarte que, en forma de corto o mediometraje, hubiera podido sobrevivir en museos o como complemento visual a la obra poética del fallecido Allen Ginsberg. Muchos han descrito Howl como una mezcla de Milk y El muro, otros la han definido citando a Buenas noches y buena suerte y Vals con Vashir. Este blog se acordó de Un hombre solteroCapote, cintas que sin duda James Franco ha revisado para crear ese escritor tan ensimismado, convincente a la hora de recitar sus poemas en público, genial a la par que egocéntrico. Cine diferente, no por ello mejor que el resto, que, por fortuna, a veces se cuela en las carteleras españolas (¿será por el gancho televisivo de Donald Drapper Hamm o Nancy Meyers Parker?).


Nota: 6

2 comentarios:

domive dijo...

Jotris! Me asusta cuando bloggeros como tu dan tantos datos y detalles de una película... no creo que algun dia llegue a saber tanto... en cuanto a la película, aun tengo pendiento 127 hours así que tengo que posponermela. Aunque tomo en consideración la reseña!^^

Un saludo!^^

RATATOUILLE dijo...

Xavi,
Jo li poso un 7,5. Penso que James Franco està genial en els moments de l'entrevista. Quan descriu què és poesia, o quan va explicant com el fet de fer poesia és anar deixant que les paraules brollin lliurement i decideixin com organitzar-se per acabar teixint una composició que resulti finalment, poètica. És un miracle una confluència miraculosa.

També em sembla molt lloable l'intent de posar en paraules d'un advocat l'intent de demostrar la necessitat de poder usar "totes" les paraules, sense posar-hi adjectius com ara "obscè" per tal que els creadors puguin expressar-se lliurement.

Resulta més difícil entendre el veredicte i la lloança en favor dels drets individuals del jutge conservador. Però, en fi, és la llicència comercial!

A mi pellícules com aquesta que tenen com a protagonista un poema, em semblen un intent molt lloable en els temps que corren.