jueves, 11 de octubre de 2012

SITGES 2012: COSMOPOLIS, de David Cronenberg

A medida que voy conociendo el cine de Cronenberg me da la sensación, ahora corroborada con esta Cosmopolis, de que el realizador canadiense es un genial creador de atmósferas aunque sus películas siempre pierden consistencia en el plano narrativo, como si sus historias, pasada la originalidad inicial del planteamiento, acabasen engullidas y afectadas por su radicalidad. Cosmopolis tiene algo de todo esto, como lo tenía Crash, Spider o Un método peligroso: es un cine difícil de seguir (hay diálogos que directamente no se entienden, y Cronenberg no puede escudarse en la aridez propia de la jerga económica), excesivamente anquilosado en un contexto que define la trama al mismo tiempo que la limita (aquí la limusina del protagonista cumple esas funciones de espacio físico y estado de ánimo, continente y contenido iluminado por pantallas y leds a la vez que vaciado de sentimiento). Cosmopolis confunde la singularidad con la oscuridad, el surrealismo con la mera extravagancia, la sensación de extrañeza con la total inaccesibilidad. La crónica de un joven multimillonario recién casado amenazado de muerte que está atrapado en un Nueva York convulso, casi apocalíptico, dista de ser el thriller sólido y trepidante que Cronenberg sabe hacer, aunque sea en contadas ocasiones (las últimas: Promesas del este y Una historia de violencia). La película tiene una factura visual muy estudiada que recuerda a ejercicios austeros, cuentos de una sociedad que se desvanece, como A ciegas de Meirelles o Código 46 de Winterbottom. Y justamente Cosmopolis adolece de las mismas debilidades que afectaban a esas dos películas: sus personajes resultan totalmente imprevisibles para el espectador, algo que mantiene el misterio de la película hasta el final pero que resta consistencia a todo lo visto. Cosmopolis es de esas películas con las que uno tras los títulos de crédito necesita reflexionar 'qué ha visto', eso a riesgo de que la respuesta sea 'absolutamente nada', o que de confiar en Cronenberg no quede otra que volver a visionar la película. Cosmopolis tiene su enjundia, aunque intrincada. Pero no me interesa. Me quedo en el plano fácil, tal vez el único al que puedo acceder, seguro que el más superficial, en el que Cosmopolis se define como una fallida historia sobre la deshumanización del hombre moderno que funciona por su caparazón visual. Tiene un aire nocturno que muchos disfrutarán al amparo de algún porro u otras sustancias psicotrópicas. Una película polémica hasta la médula, otra más para discutir si Cronenberg es un genio o un colgado de cuidado. Quien escribe sigue esperando más corazón y menos brusquedad en el cine de Cronenberg. ¡Ah! ¿Y Pattinson? Progresa adecuadamente.


Para amantes de las obras que crean división de opiniones
Lo mejor: Imaginar la cara de una fan despistada de la saga Crepúsculo viendo la nueva película de su ídolo.
Lo peor: Es un blanco fácil y recibirá todo tipo de improperios, aunque seguramente la película se revalorizará con el tiempo.

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Nota: 5'5

2 comentarios:

Giancarlo Verástegui dijo...

Pues para mí es la mejor película en lo que va del año, quizás una de las más difíciles del realizador canadiense, "Cosmopolis" es Cronenberg al 100%, y abrirá inevitablemnete (como bien has precisado) el debate para confirmar - aunque si yo lo tengo bastante claro - la genialidad de este importante autor.

Me encantó aquello de imaginar la cara de una fan de "Twilight" visionanado esta película, la verdad es que no tiene precio, que grande : )

Un abbraccio e tanti saluti Xavier!!!

manipulador de alimentos dijo...

Otra criatura pretenciosa del Sr. Cronenberg (por qué no seguir el camino de 'Promesas del Este'?), perdido en sus masturbaciones capitalistas y apocalípticas disfrazadas de vampiros...