martes, 24 de noviembre de 2015

CRÍTICA | MUSTANG, de Deniz Gamze Ergüven


Libertad coartada
MUSTANG, de Deniz Gamze Ergüven
Festival de Cannes: Quincena de Realizadores. Festival de Valladolid: Espiga de Plata. Festival de Sevilla: Premio del público. Festival de Sarajevo: Mejor película. Representante francesa a los Óscar 2016. 2 nominaciones a los Premios del Cine Europeo: mejor película y premio Discovery
Francia, 2015. Dirección: Deniz Gamze Ergüven Guión: Deniz Gamze Ergüven y Alice Winocour Fotografía: David Chizallet y Ersin Gok Música: Warren Ellis Reparto: Erol Afsin, Ilayda Akdogan, Doga Zeynep Doguslu, Elit Iscan, Ayberk Pekcan, Günes Sensoy, Tugba Sunguroglu Género: Drama social Duración: 95 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 04/03/2016
¿De qué va?: En un pueblo turco bañado por el Mar Negro, cinco hermanas huérfanas son acusadas de conductas lividinosas con unos compañeros de colegio. Coincidiendo con el fin del curso escolar, las niñas son encerradas en una casa, con la única expectativa de convertirse en un futuro cercano en esposas de unos hombres que no conocen.


Mustang, ópera prima de Deniz Gamze Ergüven, se ha convertido en uno de los fenómenos festivaleros de la temporada. La película cuenta la historia de cinco hermanas huérfanas que son encerradas por su tío y su abuela en apenas cuatro paredes. Con esta premisa, el film construye un relato claustrofóbico de pulsiones juveniles que quedan coartadas por la intransigencia social y religiosa del país. Ergüven se muestra especialmente solvente a la hora de describir el universo adolescente de las protagonistas, pero pierde parte de su frescura y espontaneidad cuando se ve en la obligación de ampliar su discurso al resto de personajes: los adultos quedan descritos como bloques sin matices, dictatoriales y casi demonizados, una cuestión que sirve para dar relieve a la huida de las chicas, pero que en paralelo resta potencia a esa epopeya femenina al no encuadrar su hazaña en un contexto de mayor calado. Por ello, da la sensación de que Mustang se acontenta con ser un relato de miras cortas y objetivos más modestos: quiere y consigue que el espectador sienta en sus carnes la opresión de unos seres virginales, dejando de lado cualquier amago de polémica, sin meter el dedo en ninguna llaga y llegando al mayor número de espectadores posibles (también, visto lo visto, conquistando los estándares que demandan los certámenes y las carteleras de hoy en día). Con todo, aun ciñéndonos al microcosmos de juegos entre pícaros e inocentes de las protagonistas, uno no puede dejar de pensar que Mustang, en sus escenas aparentemente improvisadas, en cada una de las miradas cómplices de sus cabezas de cartel, esconde un poco de trampa. A pesar de lo escrito y leído en distintos foros, Mustang no deja de ser una película-moda pasajera.


Para los que soñaban con una Sofia Coppola social.
Lo mejor: Todas las chicas protagonistas.
Lo peor: Se queda en el cuento cuando podría ser un arma arrojadiza.

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