lunes, 17 de agosto de 2015

CRÍTICA | OREJAS LARGAS (LA COLINA DE WATERSHIP), de Martin Rosen


OREJAS LARGAS (LA COLINA DE WATERSHIP, WATERSHIP DOWN), de Martin Rosen
Largometraje nº 07: Cinoscar Summer Festival 2015: Sección fuera de concurso
Elección de Elisaul Guevara
Reino Unido, 1978. Dirección: Martin Rosen Guión: Martin Rosen, a partir de la novela homónima de Richard Adams Duración: 95 min. Género: Animación Tráiler: Link Reparto: Animación
¿De qué va?: Hace muchos años, cuando se creó el mundo, los conejos fueron dotados con rapidez y espíritu de lucha. Ahora, un grupo de conejos emprende un viaje en busca de un nuevo hogar por las colinas inglesas. Tras abandonar su amenazada madriguera, los conejos conocerán nuevas especies, recorrerán paisajes que desconocían y serán conscientes de la maldad tanto del ser humano como del reino animal. Con todo, el grupo resto unido y sigue peleando por alcanzar sus sueños.
Palmarés: Saturn Award a la mejor película de animación.



RESEÑA ISIDRO: Orejas largas comienza con una fábula alegre sobre el origen de los conejos dibujada con una animación muy expresiva para luego saltar a un relato de supervivencia crudo y sin paliativos con una animación mucho más sobria. Orejas largas, pese a su título en España, es una película adulta: nada de enternecer a los conejos con ojillos saltones y colitas de algodón, te dibujan conejos tal cual, eso sí, con sutiles diferencias para reconocer a los distintos personajes, a su vez bien identificables por sus personalidades, muy bien trabajadas. Pero lo más chulo de la película es el entorno en el que se desarrolla: la campiña inglesa, lugar tranquilo por antonomasia, con sus bosquecillos, sus campos sembrados y sus cortijuelos, aquí es convertida en un paraje cruel como solo sabe ser la naturaleza, donde casi todo supone una amenaza, desde los perros y los gatos hasta el avance urbanista del hombre, pasando incluso por los conejos de otras madrigueras. Porque eso es otra cosa chula que tiene la película: cada madriguera es un mundo, organizada en un sistema social distinto, así que la película se convierte ya no solo en una lucha por la supervivencia sino también en una lucha contra las tiranías. Sí, ahí donde los vemos, estos conejos tienen más chicha de la que parece, tanta que con uno solo te sale 'arroz pa’ treinta' mínimo.

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RESEÑA XAVIER: Probablemente nunca hubiera visionado Orejas largas de no haber sido seleccionada en el festival. Por varios motivos: la animación no es un género que especialmente me motive, el film es bastante difícil de encontrar (en España está inédito en las vías 'habituales', por no decir 'legales') y la carrera de Martin Rosen no ha contado con la continuidad y la relevancia de otros compañeros europeos. Con todo, Orejas largas debe celebrarse como una extraña perla de formas tradicionales: toma los principios del cuento de toda la vida (animales parlanchines, historia de valores, etc.) y los traslada a un territorio propio del gótico, antes incluso de que Burton o Henson entre otros abrieran las puertas de la animación a públicos adultos (todavía a día de hoy sorprenden algunos recursos narrativos bastante impropios del cine infantil, como la imagen de un conejo expulsando sangre tras caer en un cepo o el dibujo de los conejos malvados que aparecen en el último tramo del relato). Un film, por todo ello, difícil de ubicar, fuera de cualquier cánon y avanzado a su tiempo. No es la mejor película para ver con los pequeños de la casa, por mucho que el film pueda resultar una introducción interesante a las jerarquías y maldades del ser humano (seguro que algún niño de la época quedó traumatizado). Animación triste, para mi gusto algo pesada, pero con pequeños destellos de genialidad. Para cinéfilos abiertos a todo tipo de experiencias.

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RESEÑA DANIEL: La tranquilidad del bosque se ve perturbada de un momento a otro por lo inesperado, por lo siniestro. La invasión se hace presente y el exilio se hace necesario. Orejas largas es un film atípico, que roza la maestría dentro de su género, un tipo de animación pensada para reflexionar pero a través de imágenes diferentes, quizá algo grotescas para muchos paladares, pero que imposibilita la indiferencia. Es un alegato hermoso y terrible a la vez a la ecología; un canto a la naturaleza, una declaración perpetua de entrega a la vida misma, un prodigioso relato de la amistad acompañado de suma tensión e intriga. Martin Rosen, el director de esa película realizada en los 70, deja de lado los convencionalismos y desgarra nuestra sensibilidad por medio de la crueldad a la que son sometidos los protagonistas; una sensación ahogante de pesadumbre invade de pronto el ambiente. Y me siento como esos seres de orejas largas, me vuelvo uno de ellos, sufro como ellos y comprendo la metáfora. Un film tétricamente hermoso. Precioso descubrimiento.


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