martes, 18 de junio de 2013

Crítica de TURISTAS (SIGHTSEERS), de Ben Wheatley

Uno no va de viaje con cualquiera: demasiados días, demasiados kilómetros y demasiados roces, que no siempre hacen el cariño, como para pasarlos en compañía de alguien con el que no conectas. Una película es un viaje de hora y media, por lo que el esquema se repite. Los viajeros de Turistas, aunque no parecen conocerse íntimamente, sí comparten una visión oscura y extravagante del mundo. Lo que no quiere decir que el espectador ávido de excursiones se sienta a gusto con esta ruta en caravana que mezcla el humor lacónico made in Britain con la violencia sin rodeos de cierto cine de terror. Turistas es tan marciana que puede crear adicción pero también rechazo; en otras palabras, que el copiloto desee más sangre y desmadre o que espere entre plegarias el dulce regreso a casa. Sea como sea, Turistas funciona como ese compañero de andadas que aunque a las primeras de cambio resulta extravagante luego termina por resultar previsible para todos, entrañable para sus adeptos y absolutamente inaguantable para sus opositores. Turistas tiene a su favor la sinceridad y coherencia interna de la propuesta (ni engaña a nadie ni muta de piel ni ofrece algo que no esperemos), la personalidad propia de un parador natural perdido en mitad de la geografía británica. Con todo, su libérrimo carácter se sustenta sobre la repetición de un esquema (dos maduros con problemas de adaptación social van dejando una ristra de cadáveres por los lugares que van visitando), y la audiencia está en su derecho de sentirse defraudada. En lo personal, Turistas es un viaje entretenido pero poco curtidor, sus gracias a veces causan antipatía y cuesta conectar con unos protagonistas tan desagradables. En esencia, estamos ante un cortometraje o sketch llevado al límite, algo tan innecesario como alargar las vacaciones un par de días más: tarde o temprano aparecen el tedio y el conflicto. En catalán hay una palabra perfecta para describir Turistas: es una 'poca-soltada'. Pero ya se sabe: a la hora de hacer turismo, cada persona es un universo indescifrable.


Para cinéfilos que viajan a su ritmo.
Lo mejor: El trabajo de sus dos actores.
Lo peor: Busca espectadores 'peculiares' y puede que no los encuentre.

Nota: 5'5

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