sábado, 13 de diciembre de 2014

CRÍTICA | IDA, de Pawel Pawlikowski


La fe vs. la verdad
IDA (SISTER OF MERCY), de Pawel Pawlikowski
Polonia, 2013. Dirección: Pawel Pawlikowski Guion: Pawel Pawlikowski y Rebecca Lenkiewicz Fotografía: Lukasz Zal y Ryszard Lenczewski (blanco y negro) Música: Kristian Selin Eidnes Andersen Reparto: Agata Kulesza, Joanna Kulig, Jerzy Trela, Agata Trzebuchowska, Dawid Ogrodnik Duración: 75 min. Género: Drama Tráiler: Link Estreno en España: 28/03/2014
¿De qué va?: Años 60. Anna es una joven novicia que vive en un convento de la Polonia rural. A pocos días de que tenga lugar la ceremonia que convertirá a Anna en monja de clausura, la madre superiora anima a la chica a que viaje a la capital y visite a su tía, su único familiar que queda con vida. Al contactar con su tía, Anna descubrirá un terrible secreto que se remonta a los años de la guerra: la familia de Anna es de origen judío y sus padres fueron asesinos durante la ocupación nazi.
Palmarés: Premios del cine europeo, EFA 2014: Mejor película, director, guion, fotografía y premio del público. Gran ganadora del Festival de Gijón 2013: mejor película, mejor actriz, mejor guion y mejor diseño de producción. Mejor película del Festival de Varsovia y Londres, premio de la crítica internacional del Festival de Toronto y nominación al David di Donatello a la mejor película europea del año. Candidata polaca a los Óscar 2015: nominada al Globo de oro y al Satellite Award a la mejor película de habla no inglesa del año.
El dato: Este año se han estrenado en nuestro país dos films de Pawlikowski: Ida y La mujer del quinto.



Ida recoge el testigo del cine de Kieslowski y de otros tantos directores polacos que en el pasado retrataron la historia de su país. Una historia, cómo no, marcada por la Segunda Guerra Mundial, el sistema comunista que siguió después y la todavía desigual situación dentro del mapa europeo de nuestros días. Pawlikowski evita la épica del último Wadja para centrarse en una historia intimista, coherente con sus raíces, pero todavía más apegada a las tónicas festivaleras de la actualidad. Con un guion que se repliega y esconde, una dirección de fotografía que aplasta a los personajes (en sus planos, el cielo se come a la tierra) y un blanco y negro que confiere misterio a la historia, Ida cede la voz (o mejor: el silencio), a dos mujeres antitéticas, unidas por una herida familiar, y separadas por dos opciones vitales muy diferentes, dos maneras dispares de digerir el dolor y de intentar seguir adelante: una asume su trauma desde la fe, y otra batalla apelando a la rigidez de la justicia; misticismo y razón, por lo tanto, enfrentados como polos no tan opuestos. Por desgracia, Pawlikowski no consigue la complejidad humana y, sobre todo, las encrucijadas morales que el genio Kieslowski retrató en su cine. En Ida la intuición prima a la revelación, y el film es más el boceto de una historia que la exploración completa y compleja de una trama. En los claroscuros de Ida casi nunca podemos llegar a acceder a las entrañas de sus personajes, al epicentro de su tragedia. De Ida queda un viaje a los infiernos, pero un viaje parcial, como si solo hubiésemos podido ver la inmensidad del mal desde una ventana muy pequeña. Una película introvertida, de visionado tortuoso pese a su corta dirección. Un film, vaya, menos interesante con respecto a los debates que puede motivar una vez terminada la sesión. Meritoria, sin duda, pero ligeramente sobredimensionada.


Para los que quieran hacer 'cineclub' sobre la Europa del S. XX y XXI.
Lo mejor: La tensión-complicidad que se respira entre sus dos protagonistas.
Lo peor: Su éxito en festivales y entregas de premios es inexplicable.

1 comentario:

Vdc81 dijo...

Sin duda la película más sobrevalorada del año.