viernes, 16 de enero de 2015

CRÍTICA | THE IMITATION GAME (DESCIFRANDO ENIGMA), de Morten Tyldum


Ganar la guerra resolviendo crucigramas
THE IMITATION GAME (DESCIFRANDO ENIGMA), de Morten Tyldum
Reino Unido, 2014. Dirección: Morten Tyldum Guion: Graham Moore, a partir de la novela de Andrew Hodges Fotografía: Óscar Faura Música: Alexandre Desplat Reparto: Benedict Cumberbatch, Keira Knightley, Mark Strong, Charles Dance, Matthew Goode, Matthew Beard, Allen Leech, Tuppence Middleton, Rory Kinnear, Tom Goodman-Hill, Hannah Flynn, Steven Waddington, Alex Lawther Género: Thriller histórico. Biopic Duración: 115 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 01/01/2015
¿De qué va?: Londres, inicios de la Segunda Guerra Mundial. Alan Turing, a sus veinticuatro años, ostenta una de las trayectorias más brillantes como matemático. Pese a sus actitudes excéntricas y su carácter poco sociable, acaba capitaneando una de las misiones más importantes: descifrar los códigos utilizados por los nazis en su máquina Enigma. Las relaciones de Turing con su equipo son tirantes y la paciencia de las autoridades británicas empieza a desvanecerse. Turing, con la complicidad de una muchacha muy dotada, decide tirar adelante un ambicioso trabajo: la creación de una máquina que imite y revele los sistemas de Enigma.


Era cuestión de tiempo que la apasionante figura de Alan Turing diese el salto a la gran pantalla. La historia no ha tratado con justicia al matemático que logró descifrar los códigos de la máquina Enigma, aunque sus logros fueran claves para la resolución de la Segunda Guerra Mundial en favor del bando aliado. El séptimo arte, en su constante retrato de la gran guerra, resarce a Turing en una película que funciona con la precisión de los mejores dramas académicos. Contada en tres tiempos que se van solapando hasta construir un final emotivo, tan efectivo como ligeramente tramposo, Descifrando Enigma tiene la suficiente pericia como para no desvelar sus cartas desde el primer momento. El film resulta familiar (no innova en ninguno de sus apartados), pero por fortuna no es nada obvio. Tampoco fácil: la gran interpretación de Bennedict Cumberbatch, la combinación de relato histórico con crónica personal y la matizada descripción de la mente contradictoria pero brillante de su protagonista hacen que la película vaya ganando en intensidad y reflexiones a medida que avanza el metraje. A priori esperábamos un film de encargo (no parece que la trama, el género y las características del film sean los propios de su director, el noruego Morten Tyldum), pero el resultado es una compleja reflexión sobre los mecanismos y los efectos de la represión. El film nos acerca a una guerra que nunca fue contada: la de los que ejecutaron desde el anonimato, la de los que tuvieron que negar su propia condición (no solo sexual) para sobrevivir en mitad del infierno. Menos espesa que El topo, pero igualmente apasionante. Y por ello, uno de esos productos bien facturados, abiertos a un amplio abanico de público, que acaban recibiendo el beneplácito de la Academia. No nos quejaremos si Descifrando Enigma, a pesar de sus desajustes, sin ser el mejor título en la carrera a por el oro, termina la temporada con el Óscar debajo del brazo: es un cine de genial ejecución, pero también ligeramente más actual que ejercicios históricos al estilo El discurso del rey.


Para exploradores de la parte menos exacta de las matemáticas.
Lo mejor: La vibrante resolución del misterio.
Lo peor: Su condición de homenaje declarado a Turing, cuando el personaje 
siempre se intuye más complejo de lo que se nos quiere hacer creer.

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