lunes, 13 de diciembre de 2010

Crítica de ENTRELOBOS

Entrelobos, y recuerden esto, puede ser la sorpresa de las nominaciones a los Goya 2011. Creo que la Academia valorará esta película por varias razones. En primer lugar, por el riesgo que afronta a la hora de rodar en parajes naturales y utilizar cada animal y planta como personajes de carne y hueso. En segundo lugar, porque es una película demodé, casi muda, una rareza que a pesar de todo ha encontrado su público en la reñida cartelera otoñal. Reivindicación de un cine poco habitual, Entrelobos es un biopic que sabe a western. Y en tercer lugar, porque sus actores cuentan con unos personajes de una humanidad arrolladora: es más, no existe mejor manera de clausurar la carrera de Sancho Gracia que ese hombre solitario, perdido en medio de un monte vigilado día y noche por lobos. Manuel Camacho como el niño protagonista, Carlos Bardem como el bandolero malvado y Juan José Ballesta como la versión adulta de Marcos Rodríguez Pantoja pasan el examen con nota (aunque también debe citarse a la excelente Luisa Martín). Entrelobos es una película familiar. Gustará a los más pequeños, porque en el fondo es una fábula de supervivencia totalmente blanca, pero con un duro trasfondo histórico. Gustará al abuelo, que recordará los westerns que veía 'años ha' en blanco y negro en las tardes de domingo. Y gustará al adulto, vampirizado por el espíritu de Rodríguez de la Fuente, al comprobar la riqueza de nuestro cine y dejar enternecerse por una historia que llena cada una de sus sesiones de ojos llorosos. La historia funciona, y aunque no conecta ni con mis emociones ni mis gustos, entiendo perfectamente que apasione y que además merezca algún reconocimiento. Épica con corazón, muy diferente a los niños salvajes de otras películas o el Kaspar Hauser de Herzog (título que sólo puedo definir como deprimente). Entrelobos demuestra que su director Gerardo Olivares entiende la ficción de aventuras de forma muy diferente a la actual, más clásica y más austera, pero la película también es la promesa de un futuro cinematográfico más comercial, que no convencional. Tal vez el Goya realce su posición dentro del cine español del futuro. Nota: 6

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