viernes, 20 de septiembre de 2013

Crítica de FOXFIRE, de Laurent Cantet

1. Foxfire es una historia de personajes. En la Norteamérica de los 50, unas adolescentes que comparten clase se revelan contra el orden establecido. Primero se reúnen para vengarse de un profesor, pero luego sus acciones terminan derivando en pequeños delitos. El grupo acaba convertido en sociedad secreta: se definen con el apodo de Foxfire, sus miembros se identifican con el logotipo de una llama, y Legs, una de las chicas más activas, se convierte en cabecilla de la formación. Con estas señas, y como ya hiciese el director francés Laurent Cantet en títulos de vocación coral como La clase, la película describe con bastante solvencia las relaciones de todas las chicas protagonistas, en la línea de muchas otras propuestas que pretenden describir las pulsiones, los deseos y los miedos de la adolescencia. Por ello, resulta bastante chocante que el jurado de San Sebastián decidiese premiar únicamente a la actriz Katie Coseni, en representación pero sobre todo en detrimento de todo el reparto femenino de la cinta. Ese fallo del jurado donostiarra tiene, pese a todo, un mínimo sentido, ya que la maquillada pelirroja que da vida Coseni es la narradora de la historia, y por lo tanto la base que confiere al relato cierta entidad como historia de evocación melancólica, de tiempo pasado y utópico, de inocencia iniciática que no volverá: lo mismo se puede decir, con diferencia de formas y tonos, de películas declinadas en teen y en femenino como Las vírgenes suicidas, Criaturas celestiales o Cracks, todas ellas, además, más interesantes y compactas que Foxfire.


2. Pero, por encima de todo, Foxfire es una película de tesis. A Cantet no le interesa mostrar un drama de época o describir un tiempo histórico concreto, algo que tiene todo el sentido del mundo a juzgar por su trayectoria: al fin y al cabo, Foxfire es su primer proyecto fuera de Francia y hablado en inglés. Por lo tanto, Foxfire se centra en mostrar la revolución adolescente con una supuesta frescura y sobre todo con el compromiso ingenuo propio de la edad, perfil acorde con las otras obras de Cantet. Con todo, si en Recursos humanos estábamos en el terreno del naturalismo comprometido y nada maniqueo, Foxfire, al querer ser el enésimo retrato universal de jóvenes rebeldes, acaba por resultar bastante típica y tópica. Los personajes, y con ellos las excelentes actrices que los interpretan, poco pueden hacer para salvar una película cuyas posturas ideológicas se intuyen desde el primer momento. Todo ello hace de Foxfire una cinta que se ve con curiosidad, pero que a la hora y cuarto no tiene nada nuevo que ofrecer. En resumen, un metraje demasiado dilatado para una idea inicial bastante reducida que termina cayendo en repeticiones inútiles. Foxfire, con sus bondades, es la peor aportación hasta fecha del pese a todo interesante cineasta Laurent Cantet.


Para rebeldes con causa que buscan redimirse.
Lo mejor: La fuerza de sus intérpretes.
Lo peor: Duración y contenido están en notable desequilibrio.

Nota: 5

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