lunes, 19 de octubre de 2009

À L'INTÉRIEUR (INSIDE) 4 / 10

À l'intérieur causó un gran revuelo en el Festival de Sitges de hace dos años. Y, tras verla, se entienden las quejas de crítica y público. Este viaje (afortunadamente corto) al interior de la casa de una embarazada, al epicentro de un accidente de coche aún presente, es un macabro espectáculo de chorros de sangre imposibles y momentos tan insólitos como inverosímiles. No nos creemos nada de una película tan básica, tan corta en metraje como vacía en contenido. El espectador avispado intuirá la identidad del enemigo a los cinco minutos. Y, para más colmos, se reirá al ver cómo la película ridiculiza las fuerzas policiales. Personalmente, me encantaría gozar de las tijeras multiusos de la protagonista, un aparato pequeño pero matón capaz de romper puertas y abrir cuellos y vientres. Una lindez, el arma de todo cocinero. Otro dato negativo. También merecen la atención unos rastros de sangre excesivos, más marrones que rojos, que dejan intuir los trucos a base de vetadine y otros líquidos. La factura técnica es mala, sus actrices son pésimas, el guión es inexistente, y À l'intérieur, que acumula demasiados despropósitos, acaba dando más pena que miedo. Es un film friki para espectadores frikis. El resto agradecerá no verla, sobre todo las mujeres en cinta.




Pese a todo, À l'intérieur presenta algunos puntos dignos de incluirse en toda reseña. Aunque su estructura narrativa copie la fórmula de los telefilms, la película presenta una lucha cuerpo a cuerpo entre dos mujeres bastante interesante. La estética de videojuego, fría y ágil, se repite. À l'intèrieur no deja de ser una simplificación del esquema del terror de ahora y siempre: una asesina inteligente, vestida de negro y con expresión aguafiestas, y una víctima indefensa que está a punto de dar a luz. Lo demás (descripción psicológica, coherencia argumental, detalles técnicos, etc., da igual). La cinta, como Alta Tensión o Martyrs (todas francesas), es una película de mujeres que fabula, aunque sea en forma de pesadilla, sobre la maternidad y los miedos de la madre. La mala quiere poseer el feto que perdió, mientras que la inocente quiere el novio que un día le fue arrebatado. À l'intèrieur es una partida de ajedrez morbosa que tiene el mérito y la desgracia de ser repulsiva y surrealista. Hay algo estimable en una película que, aun siendo mala, atrae. Será que en el fondo, à l'intèrieur, todos somos unos sádicos. ¿Cómo no aplaudir una frase promocional tan ingeniosa: 'ouvre moi ta porte... que je t'ouvre le ventre?