miércoles, 14 de noviembre de 2012

Crítica de LA PARTE DE LOS ÁNGELES (THE ANGELS' SHARE), de Ken Loach

 LA MEJOR PARTE DE LOACH

La parte de los ángeles es el porcentaje casi inapreciable de alcohol que las barricas de whisky pierden año tras año, y ese pequeño tanto por ciento es la clave que determina la calidad, en función de su antigüedad, de los diferentes licores. Utilizando esta imagen como símil de la carrera de este prolífico realizador podría decirse que el británico, lejos de madurar y de servirse de su incuestionable experiencia, va perdiendo capacidad de convocatoria y convicción película tras película. Loach ha entrado, entró hace mucho tiempo, en un círculo vicioso bastante burgués (por acomodaticio), algo paradójico si tenemos en cuenta que su discurso va encaminado hacia lo social (y por lo tanto, por lo comprometido y combativo). El problema del cine de Loach es doble: por una parte, sus ficciones se ensamblan entre sí formando un mosaico personal que, pese a todo, encuentran su razón de ser en la repetición, por lo que en él hay tanto la impronta de un autor como la evidencia de un mecanismo cerrado, ensimismado en su propia inercia; y por otra parte, ese todo homogéneo que es el cine de Loach no puede sorprender de la misma manera ahora, justo cuando autores como Andrea Arnold y análogos no solo se han convertido en discípulos de Loach sino que tanto en riesgo como en inventiva han superado los principios del maestro, que a mediados de los 90, cuando la fórmula del cine realista no estaba desgastada. Por todo esto, pedir que el cine de Loach se renueve, que experimente o que cambie de rumbo es un imposible, y bien pensado es hasta deseable que eso no suceda porque Loach dejaría de ser Loach. La novedad es que La parte de los ángeles se ve beneficiada por el actual contexto de crisis, más incluso que En un mundo libre, algo que no es mérito del propio Loach y que ni tan siquiera puede utilizarse como defensa de la película, pero que convierte esta historia de un grupo de fracasados en busca del whisky de oro en un pasatiempo digerible y divertido. Dato que realza este nuevo título si pensamos que Route Irish, la anterior obra de Loach, era un film sobre las heridas de Irak cuando el panorama social y cinematográfico ya no precisaba una obra de tal temática (en otras palabras: además de mala, estaba parida a destiempo).


A falta de que sus ficciones reciban nuevas y más interesantes transfusiones, Loach se divierte junto a su infatigable guionista Laverty mezclando líquidos y probando nuevas combinaciones partiendo de una paleta de sabores ya marcada. La parte de los ángeles es su nueva creación y en ella conviven dos partes de Loach: el drama de personajes conflictivos, ambientes opresivos y desigualdad social marca de la casa, y en su segundo tramo la comedia coral, amable y vitalista. Loach y sus artimañas están lo suficientemente desgastadas como para que la película, en contra de sus propósitos, invoque sonrisas y lágrimas, pero hay que reconocer que Loach, al apostar por un realismo más mágico que feísta, es capaz de remontar el vuelo y conseguir su obra más entretenida en mucho tiempo. Quién iba a decirle al humanista por excelencia del cine del viejo continente que las mejores partes de sus últimas películas, o más concretamente la mejor parte de su filmografía reciente, estaría en lo complaciente y surrealista, algo que atañe también a la notable Buscando a Eric. Ojalá Loach se dé cuenta que necesita despegarse de la realidad para acoger la ficción pura y dura. La parte de los ángeles queda lastrada por los miedos y los subrayados de Loach pero también ofrece su cara más festiva. No es una obra maestra, incluso podría describirse como simplemente aceptable, y aún así es la mejor parte de Loach. Parte, dicho sea de paso, que gustó mucho a Nanni Moretti en el pasado Festival de Cannes hasta el punto de conceder al film el Premio del Jurado: ¿será que el realizador italiano adolece del mismo mal que Loach y bebió con gusto del vaso?


Para los que buscaban motivos para reconciliarse con el cine de Loach
Lo mejor: El descubrimiento del actor Paul Brannigan.
Lo peor: Que Loach no se emborrache.

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Nota: 7

3 comentarios:

Descubrepelis dijo...

Fan de Loach hasta la médula espero con ansia un trabajo que me vuelva a maravillar como al principio, ciertamente no tengo muchas esperanzas con este nuevo trabajo, pero tu comentario me deja aliviado y con ganas de visionarla pronto.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Yo tengo muchas ganas de verla, ya que antes vivía en Escocia ;)

SirDi

manipulador de alimentos dijo...

Otra pequeña joya de Ken Loach, esta 'La parte de los ángeles'. Entrañable, divertida, real, positiva, siempre mirando al futuro con esperanza desde la solidaridad con la clase obrera e intentando obviar maniqueísmos. El protagonista es un héroe, sí, pero también ha sido un demonio. Que no se olvide. Todos tenemos una parte de ambos en nosotros. Un saludo!!!!!