martes, 2 de abril de 2013

Crítica de SEGUNDA PIEL, de Gerardo Vera

Tríos, amores y fracturas
SEGUNDA PIEL, de Gerardo Vera (España, 2000)
¿De qué va?: Alberto es un ingeniero aeronáutico con doble vida: está casado con Elena y tiene un hijo en edad escolar, pero siempre que puede se escapa de su oficina para verse con Diego, un médico homosexual, soltero y con capacidad adquisitiva que mantiene una íntima amistad con Eva, su compañera de trabajo. Alberto no consigue mantener el engaño por mucho tiempo: la estabilidad de los tres se derrumbará cuando Elena descubra una extraña factura en la chaqueta de su marido y cuando Diego le pida a su amante que le acompañe en un viaje de trabajo.
Palmarés: Nominación al Goya al mejor actor protagonista (Jordi Mollà). Fotogramas de plata al mejor actor protagonista (Javier Bardem). Glitter Award a la mejor película. Nominación al Premio Butaca a la mejor actriz (Ariadna Gil).
El dato: Gil y Mollà ya habían compartido plató en Todo es mentira y posteriormente volvieron a ser marido y mujer en la ficción en el film Ausentes de Daniel Calparsoro. Aunque se estrenó la segunda semana de enero del año 2000, un pase para los académicos en diciembre de 1999 permitió a la película cursar para los Goya de ese año: solo consiguió nominación Mollá y Cecilia Roth fue premiada por Todo sobre mi madre. Sus tres actores forman parte de la generación más fructífera e internacional del cine español: tanto Mollà (1968) como Bardem y Gil (1969) empezaron a trabajar en los 80, consiguieron el éxito en los 90 y posteriormente han trabajado fuera de España. Gil, Goya por Belle Époque de Fernando Trueba, estrenó ese mismo año Obra maestra, la segunda película del periodista, novelista, guionista, productor y cineasta David Trueba, con el que volvió a trabajar en Soldados de Salamina y con el que compartió matrimonio durante 10 años. La película causó cierta polémica, fue proyectada en numerosos festivales (en su mayoría de temática gay) y se estrenó en países de Latinoamérica, Italia y Bélgica entre otros. El reconocimiento mundial de sus intérpretes permitió que se estrenara directamente en dvd en los Estados Unidos tres años más tarde. Los memorables títulos de crédito son obra del diseñador argentino afincado en España Juan Gatti, ilustrador del grupo musical Fangoria y colaborador entre otros de Álex de la Iglesia, Fernando Trueba y Gonzalo Suárez.


Valoración: Al cine español pueden hacérsele muchísimas críticas, pero tal vez la más evidente y la más recordada por algunos analistas es su tendencia al esperpento, a lo hiperbólico, a lo gráfico, al repetido subrayado en detrimento del matiz. Podríamos entretenernos en esta consideración, pero basta presentarla, y con ella recordar el estilo impúdico de autores como Bigas Luna o Vicente Aranda, para dejar claro que Segunda piel, y en general la corta filmografía de Gerardo Vera, rompe con esa tónica y abre el thriller de tríos sexuales a paisajes más depurados y profundos, más acordes con una elegancia europea seguida por Medem y menos apegada al ser y sentir a flor de piel típicamente cañí. Segunda piel es un relato íntimo y a la vez introvertido: donde en otras historias habría el morbo de una infidelidad homosexual, aquí aparece la exposición dura de tres personajes que quieren, que quieren ser queridos y que de alguna manera no saben lo que quieren hacer con sus vidas. Vera cuida al máximo su película, evitando caer en lo escabroso en sus escenas de cama y desechando el culebrón folletinesco en los puntos culminantes del drama. Segunda piel puede resultar mojigata y espesa, pero en realidad se sustenta sobre tres actores en estado de gracia para trazar el dibujo de una generación coartada y frustrada que sentó demasiado rápido la cabeza dando la espalda a sus sentimientos y deseos. Que el argumento en apariencia rimbombante no nos impida apreciar la grandeza de la historia: a Vera no le interesa tanto el factor 'infidelidad' como explorar la psique de un personaje que no sabe quién es (soberbio Mollà), y que con sus dudas y acciones termina dañando y confundiendo a las otras partes del triángulo. Una película robusta e incómoda provista de grandes momentos y matices. Ahora solo queda que el crítico 'por defecto' de nuestro cine 'de charanga y pandereta' sepa apreciar la singularidad de la propuesta, algo que a juzgar por las reseñas escritas en el momento de su estreno no se produjo. Por eso, y por ser el último papel de Bardem antes de ser nominado al Oscar por Antes que anochezca, merece ser recuperada y reinvindicada.


Para afiliados al erotismo con inteligencia
Lo mejor: Sus cuatro actores, sin excepción. La sutileza de algunas escenas como el recital de Lucrecia.
Lo peor: Esperar un producto a medio camino entre Aranda y Almodóvar. El personaje de Mercedes Sampietro queda un tanto descolgado del núcleo dramático.

Nota: 7

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