miércoles, 27 de julio de 2016

CRÍTICA | EL FUGITIVO, de Andrew Davis


EL FUGITIVO (THE FUGITIVE), de Andrew Davis
Óscar y Globo de oro al mejor actor secundario. Bafta al mejor sonido
EE. UU., 1993. Dirección: Andrew Davis Guión: David N. Twohy y Jeb Stuart, a partir de un historia de David N. Twohy y de los personajes de Roy Huggins Fotografía: Michael Chapman Música: James Newton Howard Reparto: Harrison Ford, Tommy Lee Jones, Jeroen Krabbé, Joe Pantoliano, Julianne Moore, Sela Ward, Andreas Katsulas, Daniel Roebuck, Tom Wood, L. Scott Caldwell, Ron Dean, David Darlow, Joseph F. Kosala, Eddie Bo Smith Jr., Nick Searcy Género: Thriller Duración: 125 min. Tráiler: Link Elección de Marcelo Morales
¿De qué va?: Acusado injustamente de asesinato, un cirujano de éxito inicia una fuga por todo el país. Un detective veterano le seguirá la pista.


CRÍTICA KOSTI BGY: ¡Qué grandes los 90! La década en la que nos aburríamos tanto de las series que lo más sensato era adaptarlas haciendo un largometraje, justo lo contrario que ahora, que se hacen series de largometrajes que han tenido mayor o menor éxito. El fugitivo tuvo éxito tanto entre público como en la industria, y lo avalan sus 7 nominaciones a los Óscar. ¿Pero fue ese éxito exagerado? ¿Ha perdido con los años la frescura de la que pudo gozar en esos inocentes años 90? Para mi está claro que la respuesta es un rotundo sí. Su director, Andrew Davis, debió cabalgar a lomos de la fortuna taquillera durante 1993, porque no se volvió a ver en otra igual. Hay buenos directores, malos directores y luego está el grupo de Davis: directores de un solo éxito. Lo cierto es que para ese éxito se valió de la fórmula mágica de Hollywood: una historia conocida, interpretaciones potentes y famosas y una gran dosis de acción que funciona en casi todo el metraje. Con eso puedes conseguir que tu película alcance escenas míticas, y es que a día de hoy es difícil no recordar el encuentro en las tuberías o el autobús siendo arrollado por un tren. El caso es que, aunque haya dedicado estas palabras tan críticas, en realidad comulgo con su éxito. Pero seamos francos, su éxito fue desmedido. Hoy, más de dos décadas después, y algo más de cine cargado a la espalda, el Dr. Kimble no es más que un papel a sumar en la larga lista de Ford. El film promete entretenimiento y, si hablamos de cine de acción palomitero, El fugitivo está en lo más alto. ½


CRÍTICA MAYRA MEZA: En el año 2000 se estrenó la serie El fugitivo (remake de la serie de los 60), y más o menos por aquel entonces fue cuando conocí algo de la historia del Dr. Richard Kimble, pero hasta ese momento no había visionado el film estrenado en el 1993. La primera vez que vi El fugitivo tenía como 12 o 13 años (poco después de ver la serie). La cinta es una historia de intriga, de mentiras y verdades, un film policial donde nuevamente somos testigos de la corrupción o de la ineptitud de cierta gente que no hace bien su trabajo y causa que paguen "justos por pecadores". Estamos ante un thriller muy bien facturado que logra hilvanar la historia de intriga e investigación de una manera ágil e interesante y muy entretenida, con una banda sonora que funciona muy acorde y sobre todo buenas interpretaciones por parte de Harrison Ford y especialmente Tommy Lee Jones. Puede que El fugitivo sea un film efectista y sin demasiada enjundia, pero de su género y de su década creo que es uno de los más interesantes.


CRÍTICA XAVIER VIDAL: Antes de que el cine norteamericano entrara en la tónica de remakes, reboots y adaptaciones varias de la actualidad, la maquinaria hollywoodiense exprimía todo su potencial para atraer al público apelando a referentes cercanos. Un ejemplo de ello es El fugitivo, la tercera película más taquillera en Norteamerica allá por 1993. A partir del protagonista y de los esquemas narrativos de la famosa serie televisiva, Davis consiguió un thriller cargado de buenos momentos, con una trama que no da tregua, un tempo muy medido y un sentido de la acción entre serio y lúdico. Con todo, la industria suele confundir la pericia con la excelencia, y el film que nos ocupa, en un ejercicio de mercantilismo exagerado, llegó incluso a enseñar la cabeza entre las nominadas al Óscar de su temporada. No, no hay para tanto. Pero es mucho decir que, veinte años después de su lanzamiento, la película siga en pie, entreteniendo, incluso haciendo vibrar al espectador que tenga la suerte de descubrirla por primera vez en el S. XXI (algo nada raro debido a sus recurrentes pases televisivos). Algunas de sus escenas ya forman parte del imaginario colectivo y del ADN del thriller contemporáneo, un mérito que ya querrían para sí gran parte de los refritos que llenan las salas de hoy en día.

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