sábado, 18 de junio de 2016

CRÍTICA | COLINAS CIEGAS (BLIND MOUNTAIN), de Li Yang



COLINAS CIEGAS (MANG SHAN, BLIND MOUNTAIN), de Li Yang
Sección Una Cierta Mirada del Festival de Cannes. Gran premio del Festival de Bratislava
China, 2007. Dirección y guión: Li Yang Fotografía: Jong Lin Reparto: Huang Lu, Yang You'an, Zhang Yuling, He Yunie, Jia Yinggao, Zhang Youping Género: Drama social Duración: 95 min. Tráiler: Link Elección de Daniel Bermeo
¿De qué va?: Una joven es vendida a un aldeado que vive en una zona rural de China. Su pesadilla no ha hecho más que empezar.



CRÍTICA RAFAEL MEJÍA: El director ha recurrido a lo cotidiano, narrándonos una historia de la China de 1990, época en la que el país daba asco a tenor de lo que se nos muestra en todas las películas, con un retraso social bastante evidente y una mentalidad totalmente bárbara. La historia que se nos narra es la de una joven (Bai) que es vendida a una familia para ser la esposa del hijo menor de la misma. Contra su voluntad, se va resignando a hacer ahí su vida tras varios intentos frustrados de huida. Durante una hora y media asistimos a una injusticia tras otra, se nos abren los ojos con respecto a la situación en el país durante aquel intervalo de tiempo y se consigue estremecer por su crudeza y realismo La situación de compra de esposas es común en ese ambiente cultural y otras chinas le aconsejan que persevere en su estado. Cuando es atendida en un hospital después de un intento de suicidio, también se ve la corrupción del sistema hospitalario, donde los médicos son más o menos ágiles en la atención de sus enfermos si reciben algún soborno...situación dura, indiferencia de las autoridades y funcionarios a los que únicamente les interesa su dinero, corrupción, una cultura estricta, muy pocas posibilidades de la china de escapar de ese engranaje. Todo esto funciona gracias a unas actuaciones colosales, comenzando por la joven protagonista, así como el resto del reparto, desde la familia que compra a Bai hasta varios de los pueblerinos, o el alcalde. El final, seco y cortante, deja bien a las claras el mensaje del director y la reflexión que intenta hacer. Y nosotros, de hecho, acabamos aceptando eso como cotidiano, como la solución perfecta. Más de hora y media de puro buen cine que sin duda merece la pena ver. Obligada. ★★★★½


CRÍTICA KOSTI BGY: Como si de un soplo de viento gélido se tratase, Li Yang se presenta con un escenario rural, personajes con ancladas tradiciones (hoy en día bárbaras desde un punto de vista humano), y trata de arrancarnos la venda que entre esas colinas escarpadas y difíciles no nos deja ver la realidad que sufrieron muchas mujeres en la China rural de los 90. Un drama intenso que remueve el alma de dolor y agita la mente en un torbellino de rabia e impotencia. Sin embargo encontramos en Bai (una chica recién graduada que, engañada, es vendida a una familia como esposa del hijo menor) el fiel reflejo de la esperanza. Durante la hora y media de su metraje asistimos a su larga odisea e intentos de huída de una vida anclada a lo "Fuenteovejuna: todo el pueblo a una". Pero el delito aquí es distinto, a mayor escala, y de una injusticia que remueve las tripas. La angustia que transmite Bai consigue calar profundamente, y no logra salir hasta que la historia llega a su zenit, y el director, seco, directo y sin mediar palabras, corta por lo sano. Un final que si en otro contexto puede parecer macabro, aquí se alza como la solución más práctica e incluso plausible, como esta historia, que toca un tema delicado con poco tacto, sino sincero, aunque un poco sensiblero y manipulador en algún que otro tramo. ★★★½


CRÍTICA MAYRA MEZA: La protagonista de Colinas ciegas llega a un pequeño pueblo de China del que tendrá difícil escapar, y donde será torturada física y psicológicamente por personas desalmadas que, con promesas de trabajo y de un futuro mejor, la vendieron como si fuese un objeto. El director Li Yang logra en Colinas ciegas un film de esos que exploran el lado inocente y a la vez el lado cruel y bárbaro del ser humano. En esta cinta seremos testigos de una injusticia tras otra, un pueblo donde sus habitantes cometen delitos y no hay ley que ponga límites a nada. También es una reflexión de como las injusticias llegan a hastiar tanto que la víctima termina cometiendo actos de desesperación. El personaje protagonista que interpreta Huang Lu es tenaz, una superviviente que no se conforma e intenta por todos los medios recuperar su vida; en cierta forma, Yang hace de ella una heroína que no se doblega ante la sinrazón. Retrato de una realidad que no debió ni debe existir, historia profunda y con muchos matices. Imprescindible. ★★★★

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