jueves, 12 de noviembre de 2015

CRÍTICA | A CAMBIO DE NADA, de Daniel Guzmán


A cambio... ¿de lo mismo?
A CAMBIO DE NADA, de Daniel Guzmán
Festival de Málaga 2015: Mejor película, mejor director, mejor actor secundario y premio de la crítica
España, 2015. Dirección y guión: Daniel Guzmán Fotografía: Josu Inchaustegui Reparto: Miguel Herrán, Antonio Bachiller, Luis Tosar, María Miguel, Antonia Guzmán, Felipe Vélez, Patricia Santos, Miguel Rellán, Fernando Albizu, Sebastián Haro, Roberto Álvarez, Luis Zahera, Ález Barahona, Lara Sajén, Mario Llorente, Carlos Olalla, Beatriz Argüello, Iris Alpáñez, Adelfa Calvo, Manolo Caro Género: Comedia dramática Duración: 90 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 08/05/2015
¿De qué va?: Darío tiene 16 años y una vida a la deriva. Con el único apoyo de su amigo Luismi, una anciana y un mecánico muy particular, el chico se escapa de casa. La historia de un verano en el que Darío conocerá la vida en su estado más puro, pero también sus peligros y sus abismos.


Del cine quinqui de los 80 a algunas de las obras de autores como Aranoa (Barrio), Mañas (El bola) o Rodríguez (7 vírgenes), el cine español ha retratado las distintas problemáticas sociales centrándose en sus principales víctimas: los más jóvenes. El director Daniel Guzmán, en su salto a la dirección, no sigue una senda demasiado novedosa, pero sí sorprende su habilidad para combinar drama y comedia, thriller y costumbrismo, en una historia aparentemente autobiográfica. Miguel Herrán y Antonio Bachiller, los protagonistas del film, destilan autenticidad, derrochan simpatía y se meten al público en el bolsillo con una facilidad pasmosa. Guzmán sortea los peligros del buenrollismo con bastante habilidad, si bien el guión es irregular tanto a nivel de estructura como idiomático: el abuso de muletillas coloquiales o vulgares como 'figura', 'broder' y otras resulta cargante e inverosímil en muchos momentos. Una película correcta en todos sus rubros, si bien su victoria en el Festival de Málaga es un hecho bastante cuestionable y sintomático del cine de nuestro país: todavía seguimos apegados a las estampas sociales 'ni demasiado amables ni excesivamente duras', detalle que dice muy poco del riesgo y de la actualidad tanto de nuestra industria como de la Academia que la representa. A cambio de nada es un canto a la amistad y una muestra de las consecuencias de una educación y acción social negligente, pero poco puede aportar, en forma y discurso, a películas previas. Habrá que esperar unas semanas para saber si los Goya la acogen con el mismo entusiasmo que en Málaga, pero, por si acaso, nos avanzamos a los acontecimientos: sin restarle méritos, se echan de menos más películas como Magical Girl, capaces de expandir horizontes y de sacudir las bases cinematográficas, que títulos como A cambio de nada, asentados en una visión agridulce de la realidad que, por repetición, ha dejado de tener sentido.


Para visitar la periferia madrileña.
Lo mejor: Sus dos actores, favoritos al Goya al mejor actor revelación.
Lo peor: Algunos momentos resultan poco creíbles.

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