sábado, 17 de octubre de 2015

CRÍTICA | HIGH RISE, de Ben Wheatley


La ciudad vertical
HIGH RISE, de Ben Wheatley
Festival de San Sebastián: Sección oficial a concurso. Festival de Sitges: Secció oficial fantàstic sessions especials
EE. UU., 2015. Dirección: Ben Wheatley Guión: Ben Wheatley y Amy Jump, a partir de la novela homónima de J. G. Ballard Música: Clint Mansell Fotografía: Laurie Rose Reparto: Tom Hiddleston, Sienna Miller, Jeremy Irons, Luke Evans, Elisabeth Moss, James Purefoy, Keeley Hawes, Reece Shearsmith, Peter Ferdinando, Sienna Guillory, Stacy Martin, Enzo Cilenti, Augustus Prew, Tony Way, Dan Renton Skinner Género: Fantasía. Thriller Duración: 115 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: Pendiente
¿De qué va?: El doctor Laing se instala en un edificio de tecnología punta. En la torre se da una cita una microsociedad repartida estratégicamente en distintas plantas. Su creador, uno de los vecinos privilegiados del rascacielos, trabaja para poner orden a su arquitectura, pero pronto se dará cuenta que sus intenciones son utópicas y que el caos es imparable.


En Snowpiercer, la humanidad se encontraba amotinada en un tren. En High-Rise sucede lo mismo, pero en un gran rrascacielos. En ambos casos, los vagones-pisos marcan las distintas clases sociales, y los personajes se encuentran, desencuentran y pelean en esas majestuosas construcciones, que funcionan como metáforas del mundo exterior. El cineasta Ben Wheatley concentra en esa mole de modernidades y rincones retro la histeria colectiva, la insatisfacción y la locura de sus personajes. La pena de este edificio que mira al cielo cinematográfico sin apenas tocarlo es que su director acaba centrándose demasiado en esa vorágine suicida, de caos y destrucción, que ataca a los distintos vecinos. Pasada la primera hora, High-Rise prefiere ser una colección de fotogramas tarados, de una brillantez formal fuera de toda duda, pero sin historia alguna, carente de emoción y sentido. Al visionar High-Rise siento y presiento lo que me quiere contar Wheatley, pero no me conmueve. El film, a la postre, no dista demasiado de un videoclip con tics pseudomodernos, frío y apoteósico. High-Rise, más que ningún otra producción, dependerá muchísimo de la sensibilidad del espectador. A este respetable le llegó muy hondo el viaje de Snowpiercer, pero con High-Rise veo la furia y la destrucción desde la lejanía. Eso sí: la versión que realiza Portishead del tema de ABBA S.O.S. es de una belleza casi fúnebre. Un futuro título de culto.


Para amantes de las distopías caóticas.
Lo mejor: Un desatadísimo Luke Evans. Su envoltorio técnico tiene personalidad.
Lo peor: Su tendencia al exceso.

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