martes, 30 de abril de 2013

Crítica de KM. 0 (KILÓMETRO CERO), de Yolanda García Serrano y Juan Luis Iborra

Madrid en agosto
KM. 0, de Yolanda García Serrano y Juan Luis Iborra (España, 2000)
¿De qué va?: Diferentes personajes se dan cita a las seis de la tarde en el kilómetro cero madrileño, delante de la puerta del sol. Un apocado oficinista a punto de casarse ha contratado los servicios de una prostituta. Una mujer mayor de vida aburrida se encuentra con un gigoló. Un aspirante a director de cine recién llegado a la capital ha quedado con una amiga de su hermana. Un bailarín homosexual se encontrará con el chico con el que chatea. Una joven ultima los preparativos de su boda mientras su novio trabaja en su bar. De camino a una audición una actriz es atropellada por un productor teatral. Encuentros y desencuentros en un Madrid en plena canígula.
Palmarés: Nominada al premio Goya a la mejor canción: Kilómetro cero del cantautor Ismael Serrano. Premio Eurola en el Festival de Hamburgo. Proyectado en distintos festivales dedicados al cine de temática gay (New York, Pittsburgh, North Carolina) y galardonado con el premio del público en los certámenes de Miami, Philadelphia, Boulder y L.A. Outfest.
El dato: Aunque se estrenó durante las vacaciones de verano y pese a ser un film dirigido a un público joven, la película no logró colarse entre los títulos locales más taquilleros del año, un ranking que encabezaron La comunidad, Año Mariano y El arte de morir. Es el primer papel en cine de Víctor Ullate Jr., años más tarde conocido por ser uno de los profesores del talent show Fama, ¡a bailar! Es uno de los últimos papeles en la gran pantalla de Concha Velasco, el Goya de honor de este año. El film supuso la segunda colaboración del tándem García Serrano - Iborra tras Amor de hombre (1997). Posteriormente Iborra ha estado detrás de la dirección de series televisivas, las más notables Aquí no hay quien viva y La que se avecina.


Valoración: La comedia coral española tiene sus máximas expresiones en Berlanga y en la actualidad ha degenerado en algunas sitcoms televisivas de lo más vergonzosas. Km. 0 esquiva el ridículo, que ya es mucho. Aunque sus diálogos sean bastante esquemáticos, todo lo espontáneos o fluidos que puede llegar a ser un producto televisivo para adolescentes ligeramente inteligente. Con todo, los responsables del film no se reflejan en la alta comedia, mucho menos en Berlanga, sino en la comedia popular de menor envergadura que busca más la sonrisa que la risa. Tampoco cae en el vodevil descarado, porque aunque su premisa argumental se sustenta sobre una sucesión de líos y malentendidos (finalmente casi ningún personaje consigue encontrarse con la persona que buscaba) el guion evita lo zafio (a veces no lo fácil) y trabaja más la armonía del conjunto que la coherencia de sus partes (como una ensalada veraniega, vaya), sin cargar los mimbres de la ficción. Km. 0 es ágil y divertida, un título good feeling y veraniego, libertino y complaciente, ligeramente desordenado en su estructura y absolutamente positivo en su filosofía de base. Puede verse como una versión puber teñida de arco iris de las comedias sofisticadas francesas o de esos embrollos a la italiana que desde tiempos inmemoriables hasta El último beso o Manuale d'amore siguen interesando a cierto personal. Para pasar un buen rato con ciertas garantías de calidad.

Para los que solo conciben una comedia madrileña llena de tópicos y tacos.
Lo mejor: El equilibrio de sus historias cruzadas.
Lo peor: Algunos diálogos merecían una reescritura.

Nota: 6

MIS CDS: MUJERES, de COQUE MALLA

MUJERES, de Coque Malla (España, 2013)
Presentación: Coque Malla, hijo de actores, empezó a ser uno de los nombres más importantes del panorama musical español con tan solo 15 años, cuando formó el grupo de pop rock Los Ronaldos. Tras una trayectoria de éxitos, cinco álbumes de estudio y numerosas giras dentro y fuera de España, la banda se disuelve el año 1998. Sin dejar su actividad esporádica como actor (fue nominado al Goya al mejor actor revelación por la popular comedia juvenil Todo es mentira), Malla inicia su carrera en solitario. Mujeres repasa los grandes éxitos de su último periodo como artista en el que destaca el single No puedo vivir sin ti, muy popular desde que en 2010 fuese el hilo musical de una campaña publicitaria de IKEA.
Reseña: La carrera de Coque Malla nunca ha discurrido por el camino fácil. Del éxito sin parangón de los 80 al éxito inesperado del tema No puedo vivir sin ti hay todo un mundo. Mujeres repasa los mejores cortes de su última etapa, la que va de Soy un astronauta (1999) a Termonuclear (2011), con la inclusión de un tema inédito, el único además cantado en inglés: She Understands, al alimón con Alondra Bentley. Un álbum más pensado para ser visto que para ser escuchado: lejos del clásico 'greatest hits' o colección de piezas en acústico, Mujeres tiene su propia entidad y transforma las canciones de antes llevándolas a otros terrenos. Con el acompañamiento de voces femeninas de lo más heterogéneas, del timbre agudo y siempre inocentón de Janette a la voz áspera de Rebeca Jiménez, Malla demuestra que su música solo necesita el cobijo de una guitarra acústica y unas letras redondas para conmover. Berlín suena todavía mejor con la voz de Leonor Watling y uno se pregunta por qué esta canción no es un clásico moderno. Siempre junto a ti, con la citada Rebeca Jiménez, es uno de los cortes más redondos: el crescendo instrumental más espectacular del cd. Lo intenta, con una melodía ingenua y muy tarareable, acoge aires de flamenco con la voz de Ángela Molina: es uno de los tracks más divertidos. Amparo Valle, madre de Malla, aporta el aire dramático de La carta, una canción que de venir firmada por Christina Rosenvinge u otros sería cantada a coro por todos los indies de pro. Prepárense: Déjate llevar pone la piel de gallina. Y la nueva versión de No puedo vivir sin ti, (digámoslo ya: una de las mejores canciones en lengua castellana de la última década) a dúo con Anni B. Sweet, cierra estratégicamente el disco y consigue que la minicadena se apague justo en el momento en el que empezamos a llorar. Un trabajo personal e intimista que confirma el gran músico y letrista que es Coque Malla: mucho tienen que torcerse las cosas para que no esté entre los cds locales más interesantes del 2013.


Recomendado para: Fans de Nacho Vegas, Christina Rosenvinge y otros genios.
Los mejores tracks: Todos los apuntados más Una moneda y Mi asesina.
Nota: 8

lunes, 29 de abril de 2013

ESCENAS: LOS FABULOSOS BAKER BOYS, de Steve Kloves

ESCENA 05: Michelle Pfeiffer cantando en LOS FABULOSOS BAKER BOYS (THE FABULOUS BAKER BOYS), de Steve Kloves (EE. UU., 1989)
Comentario: Hoy Michelle Pfeiffer cumple 55 años y lo celebramos recordando una de sus grandes interpretaciones, seguramente el papel por el que merecía ganar el Oscar (la adorable Jessica Tandy de Paseando a Miss Daisy se llevó el gato al agua). Pfeiffer se presentó no ya como excelente intérprete sino como una cantante de voz muy agradable: con sus pendientes ochenteros, su timbre meloso, sus movimientos insinuantes, su mirada cálida y su innata capacidad de hechizar a la cámara, Pfeiffer se convirtió en una sex symbol para todo tipo de públicos. Los fabulosos Baker Boys, descripción de un grupo de músicos venido a menos que consigue ganarse un nombre gracias al talento de su solista en diferentes clubs de Nueva York, contenía una sensualidad y una sexualidad latente, todo bajo la forma de una tragicomedia romántica y musical inteligente (nada que ver, por ejemplo, con el tono que por aquel entonces y a posteriori cultivó gente como Meg Ryan). De todas los grandes momentos del film (desde la audición del inicio a la cómica escena del hotel) nos quedamos con esta balada cantada e interpretada por la dama Pfeiffer, nada que envidiar a la Marilyn del 'Happy birthday, mister president'. Últimamente Pfeiffer no ha tenido demasiada suerte con sus últimas elecciones, aunque sus intervenciones en Hairspray (también cantando) o Chéri (su mejor trabajo reciente) merecían muchísima más atención. Nunca está de menos reivindicar una actriz elegante y ecléctica que ha ido tejiendo con el tiempo una carrera variada, no siempre atinada, pero con muy pocos tropiezos. Lo lógico sería que nosotros le cantásemos a ella, pero por exigencias del guion y de la realidad hacemos el proceso contrario: siempre es un placer volver a ver y a oir a la actriz de, entre otras, La edad de la inocencia, Yo soy Sam o Íntimo y personal.


SEMANARIO 8: LOS POSTS DE LA SEMANA

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CONTENIDOS DEL BLOG


Semana del 22 al 28 de abril de 2013

Estreno: TESIS SOBRE UN HOMICIDIO, de Hernán Goldfrid
Clásico moderno: LA MIRADA DE ULISES, de Theo Angelopoulos
 Cine español: TAXI, de Carlos Saura 

Especial Calparsoro: Crítica de ASFALTO
Especial Calparsoro: Crítica de COMBUSTIÓN
Especial Calparsoro: Crítica de SALTO AL VACÍO

Cine nórdico: EL HIPNOTISTA. de Lasse Hallström
El cortometraje: VERANO O LOS DEFECTOS DE ANDRÉS, de Jorge Torregrossa
El cd: DE TI SIN MI - DE MI SIN TI, de Delafé y las flores azules

domingo, 28 de abril de 2013

Crítica de TESIS SOBRE UN HOMICIDIO, de Hernán Goldfrid

Con un título como Tesis sobre un homicidio es fácil entrar en la sala pensando que la intríngulis de la película será adivinar quién es el asesino. Gran error. El thriller de Hernán Goldfrid desvela sus cartas a la media hora de metraje, porque en el film importa más la atmósfera que los hechos. Darín, un abogado que imparte un curso de Derecho Penal, intenta demostrar que uno de sus alumnos mató a una joven cerca de la universidad. Con esta premisa, la cinta se convierte en un tenso duelo entre profesor y pupilo en el que es difícil delimitar la locura de uno y el plan macabro del otro. Goldfrid no busca la resolución espectacular: se divierte creando un film de silencios, de personajes que maquinan callados y que acaban descritos no tanto por lo que hacen y lo que dicen sino por los pequeños detalles, aquello que los delata (la moneda con la que el aprendiz suplanta la identidad del maestro en el último momento). En conjunto, un estudiado rompecabezas que puede decepcionar a los que busquen las cuotas de drama e intensidad de El secreto de sus ojos, referente ché más cercano en el tiempo. Aun fallando en un par de esos importantes detalles (alguna truculencia de más, algún giro previsible), Tesis sobre un homicidio es una cinta estimable: tiene buenas diálogos, cuenta con buenas interpretaciones, escenas bien resueltas y capacidad para mantener en alerta a la platea, aunque en el tramo final desfallece un poco. En resumen, una película meritoria. Un ejemplo de cine de género recio que pese a no responder al prototipo de cinta rompetaquillas ha tenido bastante aceptación en los dos lados del charco. Tesis sobre un homicidio merece los euros de la entrada, algo que en los tiempos que corren ya es mucho.


Para seguir disfrutando con el mejor cine suramericano.
Lo mejor: Comprobar el gran estado de salud del cine de nuestros amigos argentinos.
Lo peor: El raro acento de Ammann, ni ché ni español: ¿error del actor o truco para hacer su personaje todavía más enigmático?

Nota: 6

sábado, 27 de abril de 2013

Crítica de COMBUSTIÓN, de Daniel Calparsoro

1. Ha sido casualidad, pero vale la pena aprovechar la actualidad como marco de la reseña. Combustión llega a las salas después de que el cine en España haya sufrido el peor fin de semana de recaudación de toda su historia, un panorama desolador que se une al inminente cierre de Alta Films y sus complejos Renoir. La proyección del film de Calparsoro, además, coincide con la celebración del Festival de Málaga, escaparate ya consolidado de los productos más interesantes del cine español de la temporada primavera-verano. Una coyuntura nada halagüeña, y más compitiendo con Iron Man 3 en taquilla. Pese a esto, la cinta sale al 'mercado' con 300 copias, seguramente porque sus responsables son conscientes de las posibilidades de su propuesta y su atractivo para determinado target. Viendo Combustión se confirma esta realidad: la película es una mezcla de A todo gas y 50 sombras de Grey, y para bien o para mal es tan deficiente, pasada de rosca y comercial como sus referentes. Una película que hubiese podido dirigir el último Bigas Luna, que en paz descanse, con su Juani poligonera como protagonista. Así que independientemente de la nota crítica (que viene en el siguiente párrafo), y entendiendo que Combustión es una pieza más dentro del mosaico que conformará el cine español de este año (más pequeño, eso sí, por obra y gracia de los recortes: que nadie diga eso de que 'el cine de aquí solo es sexo y drogas, por favor'), tras visionar Combustión uno debería abrir debate: ¿qué más debe o puede hacer el cine español para encontrar a su público? La respuesta podría ser 'mejorar el modelo' de base, y la comunidad cinéfila estará de acuerdo en que Combustión se limita a seguir modas ya marcadas, no a crear nuevas tendencias. Pero, ¿la audiencia no demanda precisamente una copia y no una superación de los amores repipis de Moccia y compañía? Y cuando hablamos de 'audiencia' trascendemos el contexto español: Tengo ganas de ti arrasó en Rusia y Combustión bien podría seguir su camino.


2. Combustión es una película que obedece a las directrices principales del cine de su director. De alguna manera podría decirse que estamos ante una versión modernizada de Asfalto, manteniendo el triángulo amoroso como arquitectura y uniendo elementos de la cultura pop y juvenil como envoltorio perfecto. Con todo, Combustión parece, paradójicamente, la obra de un director novel, precisamente porque Calparsoro sigue tan fiel a sus virtudes como atado a sus eternos defectos. Puede sonar repetitivo pero una vez más no deja de ser menos cierto: Calparsoro pincha en el guion, o mejor dicho, a la hora de dar cuerpo a una buena premisa argumental que solo se mantiene en pie durante tres cuartos de hora de reloj. Tampoco se entiende que un director tan vinculado a lo popular se muestre mojigato a la hora de ejecutar las escenas más comprometidas: a Combustión le falta fisicidad y locura, o sea, goma de rueda gastada y sexo exacerbado. ¿No estamos ante una película de morreos, tacos y carreras de coches? Calparsoro, en definitiva, acaba sucumbiendo a la mojigatería de toda su obra, aunque en esta ocasión encontrará un aliado en los paralelos cinematográficos y literarios, todos ellos basados en el eufemismo, que los espectadores del 2013 tienen en mente. Lástima que todo resulte tan cinematográficamente pobre, con unos giros de trama trillados, unos personajes estúpidos que aunque no copulan mucho sí piensan únicamente con la parte genital y una estética de discoteca de pueblo un tanto gastada. Calparsoro desaprovecha otra ocasión para confirmarse como gran nombre del cine de nuestro país y a la vez pierde la posibilidad de convertirse en adalid del público choni, aunque los críticos se rasguen las vestiduras. Seguramente su estreno masivo se traducirá en buenas cifras en sus primeros días de exhibición, pero difícilmente pasará el examen de unos y de otros. De ahí que tras haber visto tanto la película como el contexto en el que se inserta podamos decir, no sin cierta pena, que Calparsoro poco o nada puede aportar al cine español del presente y del futuro, aunque en su caso nunca haya tenido un título o momento clave en su carrera: siempre podrá reciclarse como director de spots publicitarios, videoclips y narraciones breves, muy acorde también con la multidisciplinariedad y la babelia de ventanas del audiovisual de nuestros días.


Para fetichista del acelerador.
Lo mejor: Los esporádicos ramalazos de talento de Calparsoro.
Lo peor: ¿Por qué la película es visualmente tan oscura?

Nota: 4'5 

Posts relacionados:
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Crítica de INVASOR
Crítica de SALTO AL VACÍO
 

viernes, 26 de abril de 2013

Crítica de SALTO AL VACÍO, de Daniel Calparsoro

Najwa en el abismo
SALTO AL VACÍO, de Daniel Calparsoro (España, 1995)
¿De qué va?: Alex tiene apenas veinte años, un hijo y un tatuaje en el pelo con la palabra 'odio'. Sobrevive traficando con armas y vendiendo droga. Está enamorada en secreto de Javi, el cabecilla de su grupo. Lleva mucho tiempo planeando irse de su casa en busca de un lugar mejor. ¿Será capaz de poner fin a la espiral de violencia en la que se encuentra inmersa?
Palmarés: Premio a la mejor película en el Festival de Bogotá. Mención especial y premio Jean Carment a Najwa Nimri en el Festival de Angers. Sección oficial del Festival de Estocolmo 1995.
El dato: La película se rodó en Baracaldo, Vizcaya. Su banda sonora incluye canciones de El Inquilino Comunista y Smashing Pumpkins. El film llegó a las salas españolas el 3 de marzo de 1995 y un año después se estrenó en Holanda. Najwa Nimri se estrenó como actriz con el film y su madre en la ficción fue la actriz vasca Mariví Bilbao, recientemente fallecida.


Comentario: Es curioso descubrir en mitad de los 90 una película como Salto al vacío, que no obedece a ninguna constante o moda y que a su vez forma parte de un nuevo cine español que renovó el thriller local (Amenábar, Díaz Yanes o De la Iglesia recibieron el beneplácito de los Goya). Calparsoro, en contraposición a todos esos nombres, no ha llegado a tener el peso necesario para sentar cátedra, tal vez porque su cine es más lúdico y rabioso, un ejercicio más cinéfilo que cinematográfico, tan sólido en lo visual como discutible en el plano narrativo. Moverse en caminos paralelos a los académicos ha beneficiado paradójicamente a Calparsoro: Salto al vacío, vista en 2013, conserva la misma frescura y juventud, sigue resultando un esputo en mitad del ojo, una historia con mucha rabia, estéticamente vigorosa. Pese a todo, esta ópera prima ya apuntaba las señas y las debilidades de autor: más que ninguna otra película de Calparsoro, Salto al vacío se sirve de una fotografía genial, una dirección artísitca muy lograda y una ambientación apocalíptica sumamente efectiva, todo ello sin el soporte de un guion sólido. Salto al vacío es espontánea y fresca, pero también atropellada, toda ella un despropósito, una ristra de sandeces que enfadan al espectador con la gratuidad del peor blockbuster yanki, obviamente sin el presupuesto de los productos norteamericanos. Salto al vacío es incómoda en el peor de los sentidos: un ejercicio de estilo con soltura y un vacío ruidoso en su interior. La causa de su personaje, harto antipático para colmo, no está bien contada: nada inspira pasión porque todo resulta ocre, oscuro, desagradable porque sí. Con buenas intenciones y un vacío argumental abismal, suicida. Para muchos supondrá una auténtica revelación y un título de referencia y culto, pero para quien escribe es una película aparatosa y decepcionante. Se mire por donde se mire, el vacío absoluto.



Para los que buscan un cine español fuera de tiempos y fórmulas.
Lo mejor: El empaque visual.
Lo peor: No cuenta / critica / aporta absolutamente nada.

Nota: 4

jueves, 25 de abril de 2013

Crítica de TAXI, de Carlos Saura

Secretos de la noche madrileña
TAXI, de Carlos Saura (España, 1996)
¿De qué va?: Paz es una joven estudiante sin perspectivas de futuro y totalmente desencantada con su vida. Una noche se encuentra en un salón recreativo con Dani, un amigo de la infancia. Cuando decide dejar el instituto, su padre, un taxista nocturno, la obliga a aprender el oficio. En las rondas de noche en el coche de su padre, Paz entra en contacto con el Madrid oculto de bandas neonazis, actos racistas y revueltas ciudadanas. Todo se complica cuando la chica se da cuenta que tanto su padre como su novio forman parte de la misma banda que está detrás de un conjunto de asesinatos a inmigrantes, drogadictos, homosexuales y prostitutas.
Palmarés: Participante en la sección oficial y mención especial en el Festival de San Sebastián 1996, ex-aequo con Capitán Conan de Bertrand Tavernier. Premio a la actriz revelación para Ingrid Rubio por parte de la Unión Española de Actores y nominación para Pilar Ordóñez como actriz de reparto. La fotografía de Vittorio Storaro optó al premio Camerimage.
El dato: 1996 fue el año de Ingrid Rubio: estrenó Taxi, Más que amor, frenesí y Más allá del jardín, y por esta última ganó el Goya a la mejor actriz revelación. Carlos Fuentes también fue uno de las revelaciones de mitad de los 90 con títulos como el que nos ocupa, Antártida y La Celestina. El guion lo firma Santiago Tabernero, que este año estrenará su segundo largometraje como director: Presentimientos. Junto a Pajarico o El 7º día, es una de las últimas películas de Carlos Saura fuera del terreno del documental musical: la banda sonora del film, con tracks flamencos de letra dramática, sigue la esencia de Saura. La película fue incomprensiblemente marginada por crítica y público, nunca se editó ni su banda sonora ni su dvd y no optó a ningún premio Goya. Actualmente podemos ver un making off del film en el siguiente enlace.


Valoración: Con amores adolescentes, pasiones a flor de piel y odios exacerbados: así dibuja la Madrid de los 90 Carlos Saura en una de sus películas más infravaloradas, una especie de Taxi Driver o American History X a la española con final lorquiano y toques flamencos. Un thriller intenso y perverso que se adentra en las oscuridades de una sociedad aparentemente avanzada. Rubio está absolutamente fantástica en una película que se ve con atención, que atrapa y que finalmente consigue hacer que el espectador reflexione sobre el mundo en el que vivimos. Urbana y racial, combinación muy equilibrada de thriller estadounidense y drama cañí. Una de las joyas ocultas del cine español de los 90. Es mejor contar poco de la película porque la historia va creciendo hasta estallar a escasos milímetros del espectador. Tiene escenas muy potentes. Háganse un favor y rescátenla.

Para los que siguen la pista del mejor cine español.
Lo mejor: Su combinación de thriller yanki y tragedia clásica.
Lo peor: Que nadie la reivindique.

Nota: 7

CORTOMETRAJES: VERANO O LOS DEFECTOS DE ANDRÉS, de Jorge Torregrossa

CORTOMETRAJES 09: VERANO O LOS DEFECTOS DE ANDRÉS, de Jorge Torregrossa (España, 2006)
Palmarés: Biznaga de plata al mejor en un cortometraje en el Festival de Málaga 2006. Mejor cortometraje en el Festival de Cortometrajes Iberoamericanos 2007.
Comentario: Jorge Torregrossa es uno de los cortometrajistas españoles más prestigiosos. El año pasado dio el salto al largometraje con la infravalorada Fin y su pieza Verano o los defectos de Andrés, con la que guarda no pocos puntos en común con su ópera prima (reunión de un grupo de amigos en mitad de la nada con final inesperado), sigue siendo a día de hoy su trabajo más logrado. Estamos ante un cortometraje especial: en él parece que no sucede nada, y a la vez como espectadores somos partícipes de diferentes tragedias cruzadas y de tensiones no resueltas que al final estallan. Dos parejas disfrutan de la placidez de una jornada de sol, piscina y relax, pero algo ocurre. En la comida algo no fluye. Hasta que uno de ellos abandona la casa de veraneo y la fractura se hace evidente. Una historia que abre preguntas y no ofrece respuestas. Más que verlo, lo intuímos. Un cortometraje con algo mágico en sus entrañas: aquello que llamamos personalidad. O mejor: atmósfera. Que cada uno saque sus propias conclusiones de esta curiosa trama de canígula y amistades / amores que se rozan, porque se hieren / quieren y se (des)conocen.


Para descifradores de pequeños misterios.
Lo mejor: Su combinación de thriller y drama.
Lo peor: Muchos querrán respuestas al terminar la función.

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Nota: 7'5



miércoles, 24 de abril de 2013

Crítica de ASFALTO, de Daniel Calparsoro

Madrid en vena y al límite
ASFALTO, de Daniel Calparsoro (España, 2000)
¿De qué va?: Lucía sale de trabajar en una discoteca. Es verano y en la ciudad hace un calor asfixiante. El Chino y Charly se unen a Lucía en un robo que saldrá mal. Los tres se quieren pero su relación no puede durar por mucho tiempo. El hermano del Chino es policía y quiere que deje sus trapicheos y siente cabeza. La madre de Lucía se presenta por sorpresa en la capital sin dinero ni un lugar donde quedarse. Y Charly no parece decidido a abandonar la mala vida. Años después, el triángulo volverá a reunirse para cerrar viejas heridas, pero están condenados a chocar y caer en el asfalto como tres coches a toda velocidad.
Palmarés: Nominación al Goya a la mejor banda sonora original compuesta por Najwa Nimri, Carlos Jean y Nacho Mastretta.
El dato: El film se rodó íntegramente en Madrid y para algunas escenas fue necesario cerrar algunas calles tan importantes como la Gran Vía de la capital: Calparsoro dedica el film a la misma ciudad. Es el cuarto largometraje de Calparsoro y su cuarta y última colaboración con la actriz y cantante Najwa Nimri: por aquel entonces ambos formaban una de las parejas sentimentales más comentadas del panorama artístico español. Primera colaboración de la actriz Antonia San Juan tras estar nominada al Goya a la mejor actriz revelación por Todo sobre mi madre. La cinta supone uno de los trabajos más conocidos de Gustavo Salmerón, que ese año también estrenó El arte de morir tras unos 90 con notables aportaciones. Asfalto ha sido aplaudida unánimemente como la mejor película de Calparsoro y tuvo distribución en Francia y Alemania. Najwajean, formación musical compuesta por el productor Carlos Jean y Najwa Nimri, firmó uno de los soundtracks más celebrados de la temporada tras publicar el álbum No Blood (1998), trabajo que revolucionó el panorama del Trip hop: posteriormente fueron nominados al Goya a la mejor canción por Human Monkeys de la película de Calparsoro Guerreros, remix del track Monkeys que forma parte de Carefully (2001), el primer álbum en solitario de Najwa.


Valoración: Asfalto es un film totalmente fiel al espíritu Calparsoro. Film pasado de rosca, a más revoluciones de la cuenta, con personajes perdidos y embaucadores. Una cinta que explota la corporeidad de sus actores en una historia de sudor, sexo y robos: el principal espectáculo son las piernas de Najwa Nimri en constante contoneo, la presencia de Juan Diego Botto y los músculos y la furia de un sobresaliente Gustavo Salmerón. Una película, vaya, que se puede holer, que te impregna, que te arrastra a las profundidades del amour fou de sus criaturas. De todas las películas de Calparsoro, esta es la más clásica, una de las pocas en las que los personajes están bien definidos y en los que los sempiternos problemas de guion del director vasco quedan atenuados por la solvencia del trío de actores y la fuerza de ciertas escenas (imposible de olvidar el accidente de tráfico y los protagonistas saliendo del amasijo de chatarra como si fuesen tres zombis). Película desbocada y desasosegante que pese a sus defectos se deja ver del tirón.


Para poligoneros y urbanitas.
Lo mejor: El reparto y la música.
Lo peor: Le falta síntesis y le sobra aparatosidad.

Nota: 6

MIS CDS: DE TI SIN MI - DE MI SIN TI, de DELAFÉ Y LAS FLORES AZULES

DE TI SIN MI - DE MI SIN TI, de Delafé y las flores azules (España, 2013)
Presentación: Tras ganar un concurso de jóvenes talentos, la banda barcelonesa Facto Delafé y las flores azules publica su primer disco en 2006, que pronto consigue llamar la atención de público y crítica. En 2010, cambian de sello discográfico. El músico Marc Barrachina abandona la formación y publican su tercer trabajo como Delafé y las flores azules. De ti sin mi - de mi sin ti es su nuevo trabajo tras tres años de silencio en los que Helena Miquel ha intervenido como actriz en las películas El idioma imposible y No habrá paz para los malvados.
Reseña: ¿Cuándo Delafé y las flores azules, sin el 'Facto' de antes, pasaron de ser un grupo molón a una banda por la que uno siente absoluta tirria? Puede que fuese cuando nos dimos cuenta de que los nombres de sus álbumes eran de lo más surrealistas. Que sus letras no pegaban ni con cola. Que su rollo hip hop - pop era demasiado perroflauta, que dirían algunos políticos. Que el hecho de querer llamarse 'Oscar' sin acento y 'Helena' con hache era un tanto pedante. O que el spot cervecero 'ciudadanos de un lugar llamado mundo' o el 'ya es primavera en El Corte Inglés' poco tenían que ver con el look aparentemente libre e indie de una banda barcelonesa sin demasiadas pretensiones. Sea como sea, muchos habíamos perdido la fe, valga el chiste, en este grupo que respira buen rollo y chorros de color solo para aquellos que estén dispuestos a perdonar sus tonterías. Lejos de Mar el poder del mar o La fuerza, temas que nos hicieron enamorar de Delafé y las flores azules, la perspectiva de un cuarto álbum daba miedo y pereza. Para sorpresa de todos, De ti sin mi - De mi sin ti es el trabajo más conceptual de la banda, cuyas letras y ritmos se gestaron a raíz de la muerte del padre de Oscar D'Aniello, cantante y letrista. D'Aniello describe el viaje que hizo de Cataluña a Italia para lanzar las cenizas de su padre al pueblo que le vio nacer (el álbum incluye un dvd con un documental de todo lo que dio de sí ese viaje a lo Una historia verdadera de Lynch). El álbum tiene once tracks: una ida y una vuelta, once canciones llenas de luz, y otras once más melancólicas y de tempos más pausados que repiten la letra de los anteriores cortes. En resumen, un álbum doble en uno bastante inusual donde Delafé y las flores azules demuestra su gran capacidad por crear sonidos efectivos: es un disco triste a la par que alegre, íntimo pero festivo, fresco y mediterráneo. En esta ocasión, pocos tendrán bemoles de poner peros al grupo, aunque la manía soterrada sea más que evidente. Hay, eso no lo podemos callar, algunos versos, bastantes, que invitan a la risa diabólica. Al menos hay que reconocer que es la primera vez que Delafé y las flores azules han parido canciones que ganan a medida que las escuchas y que no cuesta tararear. Bastante largo: 80 minutos clavados de música, pero casi todos disfrutables. ¿Podremos resistirnos a cantar Mientras beso a mi chico en la arena este verano en la playa?
Recomendado para: Devotos de los mundos flower power del grupo + antiguos feligreses que acabaron cansados de tanta moñería.
Los mejores tracks: Qué sentido tendría, Intento, Sol y sombra, Volvemos a empezar de cero.
Nota: 8

martes, 23 de abril de 2013

Crítica de LA MIRADA DE ULISES, de Theo Angelopoulos (Grecia, 1995)

El cine como mirada encapsulada
LA MIRADA DE ULISES (To Vlemma tou Odyssea, Ulysses' Gaze), de Theo Angelopoulos (Grecia, Francia, Italia; 1995)
¿De qué va?: Un cineasta del que nunca sabemos su nombre vuelve a su Grecia natal coincidiendo con el peor momento de la Guerra de los Balcanes. Escondiéndose de las autoridades locales, su misión es encontrar tres bobinas de una película nunca revelada que data del año 1905. Empeñado en encontrar esa mirada enterrada noventa años por el tiempo, el protagonista iniciará un viaje acompañado de varios personajes que le llevará a visitar Albania, Macedonia, Rumanía y finalmente las capitales de Serbia y Bosnia Herzegovina, el epicentro del conflicto bélico. Mediante taxi, tren y barcos, pasando fronteras y controles de todo tipo, y asistiendo al mapa desolador de pobreza y paisajes invernales que ha dejado la guerra, el artista asistirá entre la realidad y la ensoñación a su pasado y presente, hablando con las amantes que tuvo, o que nunca tuvo, o que pudo tener, y asistiendo a una vida que es la suya, que nunca fue la suya, o que pudo haber sido la suya. Una mirada anónima en una odisea en forma de road movie helada motivada por encontrar otra mirada, la del pasado. ¿A quién podría interesarle el cine en tiempos de contienda? O bien pensado, ¿no es en los peores momentos cuendo necesitamos más del cine? ¿No será en el pasado donde podemos encontrar las razones del presente?
Palmarés: Gran Premio del Jurado y Premio FIPRESCI de la crítica en el Festival de Cannes 1995. Premio FIPRESCI en los European Film Awards 1995 y nominación a mejor película europea del año. Turia, Sant Jordi, Premio del sindicato de críticos de Francia y Cóndor de Plata argentino a la mejor película extranjera del 1995. Nastri d'Argento al mejor director extranjero. Nominada al Goya a la mejor película europea del año 1997: en España se estrenó con un año de retraso respecto su première en Cannes el 21 de agosto de 1996.


La anécdota: Angelopoulos, que el año 1998 ganó la Palma de oro con La eternidad y un día, se mostró profundamente decepcionado cuando La mirada de Ulises 'solamente' ganó el gran premio del jurado. Andy Garcia, miembro del jurado encargado de presentar a Angelopoulos, se quedó de piedra cuando el griego dejó un incendiario y escueto discurso de 'agradecimiento': 'si esto es todo lo que tenéis que darme, yo no tengo nada más que decirles'. Ese año 1995 la ganadora fue la yugoslava Underground de Emir Kusturika.
Valoración: La mirada de Ulises es un reto para el cinéfilo, por las dimensiones de la odisea (casi tres horas de cine contemplativo) y por la dureza de su temática (no hay giros de trama, incluso podría decirse que no hay trama). Angelopoulos nos lleva de viaje hacia la desolación absoluta y encadena con una belleza mortuoria cielos decembrinos y escenas a medio camino entre el onirismo surrealista y la dulzura del recuerdo. La mirada de Ulises es una película sobre la historia (la búsqueda) de una película. El espectador se deja arrastrar por sus dilatados planos estáticos, sigue al personaje en constante caminata y asiste perplejo a un relato que aun yendo en línea recta está lleno de fugas. Un film difícil que pone a prueba a la audiencia y que de alguna manera no cuenta con ella, no la hace cómplice ni copiloto del trayecto, no consigue emocionar ni conmover. Angelopoulos viaja él y su equipo y me temo que La mirada de Ulises, pese a sus hipnóticos planos, es más un diario personal (sin la sátira del cuaderno filmado de Moretti) que una obra con vocación de contar 'algo' a 'alguien'. Por ello, tres horas de absoluto regodeo y 'ombliguismo' me parecen un pretexto cinematográfico de lo más chulesco y altivo, y La mirada de Ulises forma parte de ese cine ampuloso que es grande pero que por desgracia también es consciente de su grandeza. Y de la autocontemplación a la vanidad hay solo un paso. Todo esto me distancia de 'la mirada', aun a sabiendas de que el film es una epopeya emocional dirigida con delicadeza y exquisitez máxima. La aguanto atento durante las primeras dos horas pero al final desconecto: creo entender lo que Angelopoulos me quiere transmitir y seguramente con menos metraje hubiese logrado su objetivo. La obra de un maestro tan fascinante como cuestionable.


Nota: 6
La escena:

lunes, 22 de abril de 2013

Crítica de EL HIPNOTISTA (HYPNOTISÖREN), de Lasse Hallström

El cineasta Lasse Hallström vuelve a su Suecia natal con El hipnotista, adaptación como rige la moda de un best seller nórdico con actores tan reputados como Lena Olin y Mikael Persbrandt. La película pudo verse en el pasado Festival de San Sebastián y fue la seleccionada para representar a su país en los Oscar, un dato curioso si tenemos en cuenta que en los Guldbagge, los Goya suecos, el film ha sido totalmente ninguneado. Tras muchos demoras en el calendario, algo escandalosamente habitual entre nosotros, parece que en España podremos verla en los cines este verano, quién sabe si con la intención por parte de los distribuidores de fundir el calor español con esta trama de homicidios e hipnosis muy del gusto de la tierra del difunto Larsson. Pese al apetitoso plantel de intérpretes, el innegable currículum de su responsable y la solvencia del cine sueco por crear thrillers tan oscuros como entretenidos, El hipnotista esconde un telefilm bastante anodino con escaso o nulo interés. El esquema se repite con una apuesta visual oscura pero también monocromática. Lo más destacado es su incapacidad por trasladar a la narrativa del cine las complejidades del libro de base: al ver la película los parches de guion, las incongruencias temporales y el subrayado de ciertas situaciones frente a la veloz exposición de otras se hacen evidentes incluso para los que desconocen la historia original del escritor. Con estas pesquisas, las estiradas dos horas de metraje acaban siendo un cajón de sastre lleno de clichés y giros narrativos que no convencen. En Los hombres que no amaban a las mujeres existía el poso de cierto desencanto hacia una sociedad acomodada en cuya aparente perfección se escondían terribles realidades y secretos. En El hipnotista están los ingredientes adecuados, pero combinados de la forma más desatinada. Sin el corazón venenoso de la trilogía Millenium y alrededores, El hipnotista, pese a su atmófera de leve desconcierto, ni quita el sueño ni permite entonar una reflexión sobre la Suecia que habita debajo de la capa del hielo de la aparente perfección. No será la última vez que volvamos a citar la nueva ola de cine negro escandinavo, pero debería preocuparnos el hecho de que la sombra de Larsson sea tan alargada y de que nadie haya superado la complejidad del 'personaje-icono' que encarna Lisbeth Salander, aquí imitado con un asesino que mata a golpe de cuchillo de forma aparatosa y disparatada.


Para adictos a la negrura de nuestros vecinos del norte.
Lo mejor: La resolución formal de momentos como el crimen inicial o el hundimiento del autobús.
Lo peor: No supera a sus compañeras de género.

Nota: 5

SEMANARIO 7: LOS POSTS DE LA SEMANA

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CONTENIDOS DEL BLOG

Semana del 15 al 21 de abril de 2013


Cine español:
EVELYN, de Isabel de Ocampo
Cine español: SEIS PUNTOS SOBRE EMMA, de Roberto Pérez Toledo
Clásico moderno: UNA HISTORIA VERDADERA, de David Lynch (EE. UU., 1999)
Telefilm: CINE VERITE (HBO)


Cine queer: 80 EGUNEAN, de J. M. Goenaga y J. Garaño
El cortometraje: LA BODA, de Marina Seresesky
La escena: PSICOSIS (PSYCHO), de Alfred Hitchcock
El cd: CUATRICROMÍA, de Fangoria

domingo, 21 de abril de 2013

Crítica de EVELYN, de Isabel de Ocampo

Con Miente, cortometraje ganador del premio Goya, la cineasta Isabel de Ocampo nos acercaba el mundo del tráfico ilegal de mujeres. La investigación que De Ocampo realizó para esa historia ahora queda ampliada en Evelyn, su primer largometraje, que ha vuelto a contar con el beneplácito de los académicos al recibir la nominación al Goya a la mejor dirección novel. La premisa de Miente se mantiene intacta, aunque en esta ocasión la protagonista es una peruana que llega a España engañada y que es encerrada en un prostíbulo cerca de la frontera con Portugal. De Ocampo se pone del lado de la víctima, como no podía ser de otra manera, y nos hace partícipes del sufrimiento de su criatura. La película es una crónica angustiante de alguien a quien le han usurpado su identidad, representada simbólicamente en un cambio de nombre (de Evelyn a Jazmín, su mote como chica de compañía), y por encima de todo su integridad (De Ocampo consigue que sintamos en nuestra piel el sufrimiento de la chica al dejarnos ver únicamente lo que Evelyn puede otear desde su cuarto). Una película potente básicamente por el tema que trata: en este sentido, puede decirse que filma la bajada a los infiernos de la protagonista con certeza pero también con cierta recreación en lo feísta, casi a imagen y semejanza de un Lars von Trier local, aunque menos diestro que el danés. Logra su objetivo: ficcionando una realidad más cercana y cruda de lo que creemos consigue que los ecos de la injusticia reverberen en el espectador. Pero como película no puede evitar desvelar la pobreza de estilo y lenguaje propia de una ópera prima: De Ocampo monta el relato con demasiados subrayados en forma de fundidos a negro o imágenes del letrero exterior del prostíbulo, mientras que un cineasta curtido sabría hacernos llegar la gravedad de su mensaje de una forma más depurada. Evelyn rebosa coraje y verdad, pero le falta cine. Es, eso sí, la presentación de una autora singular que entiende el arte como un proceso de creación pero también de compromiso, investigación y conciencia del mundo donde vivimos. El cine español necesitará a De Ocampo para ampliar los límites de un cine social cañí con tendencia a lo manido: le deseamos mucha suerte.


Para saber el triste estado de las cosas.
Lo mejor: Sabe mover conciencias.
Lo peor: Le falta empaque.

Nota: 6

sábado, 20 de abril de 2013

TELEFILMS 3: Crítica de CINEMA VERITE

En los años 70 la cadena de televisión PBS produjo An American Family, un programa en el que se seguía el día a día de una familia americana normal y corriente. El espacio generó miles de horas de grabación y un total de doce capítulos que se emitieron en horario de máxima audiencia y cambiaron para siempre la percepción del mundo de la pequeña pantalla, dando pie al género de los reality shows explotados en los 90 y popularizados en la década pasada y en la actualidad. Cinema Verite, telefilm de la HBO nominado a 3 Globos de oro, recuerda la polémica que causó el 'primer' reality show de la historia y destapa los entresijos de su rodaje. An American Family sacudió las bases de todo un país al televisar casi en vivo y en directo la ruptura de un matrimonio y al exponer públicamente la homosexualidad de uno de los hijos, novedades que levantaron ampollas entre los sectores más conservadores y que abrieron el debate sobre los límites de la exposición televisiva, la privacidad y la ética de los medios de comunicación. Esta Cinema Verite no entra en discusiones y reproduce fielmente la vida de quienes fueron los protagonistas de ese éxito televisivo. La película, pues, se centra más en los sentimientos de los 'actores': la ama de casa que interpreta Diane Lane, sobrepasada al ver que ciertas parcelas íntimas pueden verse expuestas en público, es la verdadera protagonista de una historia más preocupada en ser una sólida recreación histórica que un punzante documento sobre las bambalinas de la televisión. En este sentido, películas recientes como El desafío: Frost contra Nixon o series como Mad Men proponen una visión más completa y lúcida sobre la manipulación sin por ello renunciar a ser el retrato de una época. Prueba de ello es la evolución que sufre el personaje que interpreta con soltura Diane Lane: en un inicio se siente avergonzada de que la cámara la filme viendo un espectáculo de travestis con su hijo gay, y luego quiere que se filme el momento en que invita a su marido a hacer las maletas y a abandonar la casa familiar. Datos que demuestran que Cinema Verite, en el fondo, también aplica la no lógica del 'grábalo todo', a cualquier hora, a cualquier precio. En definitiva, un telefilm bien armado, técnicamente irreprochable, con unos actores de nivel. Dejará un tanto fríos a los que esperen una trama más compleja (a la HBO se le puede pedir de todo), pero como drama familiar es innegable que Cinema Verite da suficiente carnaza para ser un buen cotilleo de sábado por la tarde.


Nota: 6

viernes, 19 de abril de 2013

CORTOMETRAJES: LA BODA, de Marina Seresesky

CORTOMETRAJES 08: LA BODA, de Marina Seresesky (España, 2012)
Palmarés: Nominado al Goya al mejor cortometraje.
Comentario: En su segundo cortometraje, Marina Seresesky aúna lo cotidiano (véase liviano) con lo global (o sea, lo grave). Esta es la historia de una emigrante que trabaja en Madrid limpiando las casas y los despachos de otros. Hoy se casa su hija y está dispuesta a remover cielo y tierra para no perderse la celebración. Un viaje de múltiples significados: historia de un amor de madre inconmesurable, relato de las oscuridades (laborales, sociales) de la España de nuestros días y un cuento precioso de unión y amistad femenina. El sabor final es agridulce, como la vida misma. Almodóvar se da la mano con Aranoa, el guion parece una de esas historias actuales y veraces escritas por Elvira Lindo, y las capacidades de su directora entroncan con el mejor Sabroso, Ayaso o Albadalejo. Es un corto tierno y desaliñado, pero no cede ni al folletín de barrio ni al humor grueso. Y por si había alguna duda, el final nos demuestra que la tragedia emana de lo intrascendente: tiene una escena final absolutamente inesperada, muy hermosa, muy triste. Retales del aquí y del ahora: esperemos que Seresesky dé su salto al largometraje con el tino demostrado en esta pequeña joya.


Para amantes de historias mínimas que en el fondo son muy grandes.
Lo mejor: Repartazo de actrices, incluyendo a Malena Alterio.
Lo peor: No saber apreciar la comedia realista de la propuesta.

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Nota: 7'5

jueves, 18 de abril de 2013

Crítica de UNA HISTORIA VERDADERA (THE STRAIGHT STORY), de David Lynch

Deudas fraternales
UNA HISTORIA VERDADERA (THE STRAIGHT STORY), de David Lynch (EE. UU., 1999)
¿De qué va?: Alvin tiene setenta y tres años y apenas puede valerse por sí mismo. Vive con su hija, una mujer discapacitada marcada por un trágico suceso del pasado. Una noche de tormenta recibe una llamada: Lyle, el hermano con el que Alvin hace una década que no habla, ha sufrido un infarto. A pesar de su frágil salud, el anciano decide visitar a su hermano con el único medio de transporte que tiene: su vieja cortacésped. Un viaje que le reconciliará con sus ancentros, su tierra y la vida misma.
Palmarés: Nominación al Oscar al mejor actor protagonista para Richard Farnsworth. Reconocimiento a la mejor película americana y/o extranjera por parte de los Bodil y Robert daneses, el Círculo de Escritores Cinematográficos y Sant Jordi españoles, y los Independent Film Awards británicos. Independent Spirit Award al mejor actor, EFA a la mejor película internacional del 1999, Fotogramas de Plata a la mejor película estrenada en España durante 2000 e incluída en el Top Ten de mejores películas de su año de la National Board of Review, encabezada por American Beauty.
El dato: El guion nace de un relato escrito por Mary Sweeney, productora y pareja por aquél entonces de Lynch, y este a su vez se inspira libremente en un caso real. Lynch, decepcionado después de que la ABC cortase las alas a la serie Mulholland Drive por distintas desaveniencias tras la presentación del episodio piloto, leyó entusiasmado el guion de Sweeney y Roach y decidió rodar la película ese mismo año. El film contó con 9 millones de dólares de presupuesto y treinta días de rodaje en orden cronológico. El equipo de la película trabajó a contrarreloj para evitar que la climatología no afectase a la narración. El film vio la luz en el Festival de Cannes 1999, y aunque era la apuesta favorita de los críticos junto a Todo sobre mi madre finalmente no consiguió ningún premio por parte del jurado que presidía David Cronenberg. Farnsworth murió en octubre del año 2000, tras convertirse en uno de los actores más ancianos en conseguir una nominación al Oscar y recibir todo tipo de premios y nominaciones. Mulholland Drive finalmente se reconvirtió en película: en ese ocasión Lynch ganó la Palma de oro al mejor director, optó al Oscar al mejor realizador y repitió el éxito de Una historia verdadera.


Comentario: Lynch sorprendió a finales-inicios de milenio con este western crepuscular aparentemente alejado de los mundos truculentos del director. En la hazaña del anciano que busca redención y que revisa su existencia antes de poner punto y final a su camino vital pervive la ironía y la excentricidad de su autor: en los márgenes de la carretera están los universos cercanos pero extraños, reconocibles pero tenebrosos de la serie Twin Peaks o el clásico Terciopelo azul. Una historia verdadera es un lúcido retrato de la vejez sin sentimentalismos ni edulcorantes, un Lynch que deja poso más allá de cualquier juego formal. Una película redonda que cultiva el silencio, potencia la reflexión y alimenta el alma: Lynch finalmente filma las complejidades de la geografía humana a la vez que explora esa Norteamérica rural de far west enquilosada en el tiempo. El film sigue también inmutable al paso de los años: sigue siendo una película tremeda, de una capacidad de síntesis asombrosa, con una poética austera pero absolutamente conmovedora poco o nada frecuente en el cine norteamericano posterior. Una historia verdadera tiene la entidad de clásico instantáneo, la consistencia de esas obras que son capaces de realzar toda una carrera. Lynch, ecléctico e iconoclasta sin causa, ha seguido trabajando en multitud de proyectos y parió otra obra mayor: Mulholland Drive. En cambio, Richard Farnsworth se despidió de nosotros con el film, que en sí mismo es la crónica de una despedida. La desaparición de Farnsworth no ha hecho más que sumar significados y recurrencias a una obra que como los títulos capitales son universos coherentes y cerrados, a su vez evocaciones de otros universos y descripción inteligente de nuestro mundo. De esas historias que nos acompañan para siempre: ¡qué interesante es imaginar un visionado futuro de la cinta, cuando tengamos la edad de su protagonista!


Para los que buscan la esencia de la vida hecha imágenes.
Lo mejor: Pocos consiguen que 'menos' sea 'más', 'mucho más'.
Lo peor: Algunos malinterpretarán su final.

Nota: 8'5

miércoles, 17 de abril de 2013

Crítica de SEIS PUNTOS SOBRE EMMA, de Roberto Pérez Toledo

El mundo de las discapacidades ha sido llevado al cine desde múltiples perspectivas. La de Seis puntos sobre Emma es bastante original. A partir de seis partes o puntos, los mismos con los que se escriben todas las letras en el alfabeto braile, somos testigos de la evolución emocional del personaje y su tenacidad por cumplir el deseo de tener un hijo. Lo mejor de la propuesta está en su actriz, una Verónica Echegui que parece ciega de nacimiento y con la que todo resulta natural, creíble, cercano. La intérprete lidia con un personaje incómodo que el guion retrata en sus luces y en sus sombras, tan tierno como en el fondo antipático, al fin y al cabo complejo, como cualquier ser de carne y hueso. A la innegable verdad que respira la historia se le añade una curiosa terapia, la misma que visita la Emma del título, y en la que el público es partícipe de otras historias, todas plausibles y cálidas: una tetraplégica que pide los servicios de un gigoló, una muda lesbiana que chatea con una amante, un disminuido psíquico muy amigo de la broma y una chica con tres dedos amputados cuentan sus carencias y querencias mientras Emma y el terapeuta escuchan y se identifican. La intención de dar luz a esas pequeñas historias cotidianas que casi nunca tienen su espacio en la gran pantalla es del todo loable y el guion deja entrever tanto un estudio previo del caso como un absoluto cariño y respeto por el tema tratado. Desgraciadamente, a Seis puntos sobre Emma le pasa factura su condición de historia mínima, de cortometraje mínimamente desarrollado. El film roza el ridículo y se hunde al querer acercarnos la red de lazos que se crea en torno a la protagonista: la ficción, por lo tanto, entra de lleno en la trama para robarle cualquier atisbo de credibilidad y oxígeno. Al final Seis puntos sobre Emma es demasiado pequeña, está enquilosada en el terreno de la mera anécdota, y de la obviedad del conjunto se resiente un tramo final tan mal cerrado como obvio. Film que respira e inspira amor por todos sus poros, filmado y escrito con cierta mano curtida, pero que desaprovecha el colosal trabajo de Verónica Echegui. Decíamos que el mundo de las discapacidades ha sido llevado al cine desde múltiples perspectivas: Seis puntos sobre Emma es pulcra, amable y sin estridencias, pero ante todo un mero apunte a pie de página, y de ahí a caer en la nube del olvido, incluso en el conjunto de la débil pero consistente vida del cine español, hay solo un paso.



Para ver el mundo desde otros ojos.
Lo mejor: Verónica Echegui puede con todo.
Lo peor: El personaje de Fernando Tielve.

Nota: 5

ESCENAS: PSICOSIS (PSYCHO), de Alfred Hitchcock

ESCENA 04: La escena de la ducha de PSICOSIS (PSYCHO), de Alfred Hitchcock (EE. UU., 1960)
Comentario: La obra del maestro del suspense no podía estar más de moda. La revista Sight and Sound ha otorgado a Vértigo el título de la mejor película de la historia del cine, superando todo un clásico en este tipo de listas: Ciudadano Kane de Orson Welles. Además, la serie Bates Motel y la película Hitchcock de Sacha Gervasi han vuelto a demostrar que tras décadas de cine de terror el interés por las obras de Hitchcock, muy especialmente Psicosis, sigue vigente para varias generaciones de cinéfilos (no precisamente gracias al penoso remake que hizo Gus Van Sant a finales de los 90). Los premios de la Academia, que nominaron el film en cuatro categorías (recordemos que el dueño de la 'oronda silueta', por muy increíble e injusto que parezca, solo ganó un premio especial), no supieron apreciar las virtudes de una película que cincuenta años después es un icono del séptimo arte, una obra popular y querida, un título que recuerdan incluso los poco amantes del cine. Psicosis supuso una auténtica revolución, e incluso de estrenarse ahora seguiría resultando igual de rompedora: film parco en palabras, con una atmófera prodigiosa, con una protagonista que muere a mitad de metraje y un malo con una psicología y psicopatía tan misteriosa como terrorífica. Podríamos quedarnos con cualquier escena, pero el momento de la ducha ya es historia. Por culpa de Hitchcock nunca volvimos a oir el inocente discurrir del agua en el plato de ducha de la misma manera: adiós a los baños relajantes. Y por culpa de Hitchcock, todo lo demás, o casi todo el cine de gritos y cuchillazos que vino después, nos parece un juego de niños. Nunca vemos el cuerpo herido de Janet Leigh, todavía menos sus partes nobles (la censura del momento poco pudo cortar). Ni tan siquiera conocimos el rostro del asesino en el momento clímax: las sombras son más aterradoras. El montaje prodigioso permite plasmar la tensión de la escena sin necesidad de ofrecernos estampas escabrosas: aunque no vemos el filo del arma cortando la piel de la dama, sí sentimos el efecto del golpe gracias al genio. La música provoca escalofríos desde la primera nota. Y el momento pausado que sigue, prolongación sutil y originalísima del shock, esconde una solución que luego haría suya Polanski y siguientes: el desagüe por el que se cuela la sangre es tras un fundido a negro el ojo sin brillo del cadáver, enmarañado entre la translúcida cortina de baño. Un prodigio en todos los sentidos, una secuencia tan sencilla en apariencia como rica en detalles.


¿Preparados para 'la ducha'?

martes, 16 de abril de 2013

Las mejores amigas: Crítica 80 EGUNEAN (EN 80 DÍAS), de José María Goenaga y Jon Garaño

Tras Ander, el cine vasco vuelve a marcarse otro tanto. Por qué 80 egunean, una película pequeña con mucho encanto, no llegó a tener la presencia merecida ni fue reivindicada como debía dice más bien poco de la cultura de este país. Mejor no pensar que la temática o quizás la realidad idiomática del film le impidió proyectarse y competir junto a otros títulos seguramente inferiores. Ander ya sufrió algo parecido al ver su estreno vetado entre nosotros mientras coleccionaba fantásticas reseñas en Francia. 80 egunean, aunque tuvo un poco más de suerte al estrenarse comercialmente el pasado 2010, hay que reivindicarla. Es una historia que parte de la anécdota para describir a toda una generación. Un film que propone una visión novedosa de la España supersticiosa, atada a la religión, preocupada por las convenciones y el qué dirán; y en contraposición, del relevo generacional con jóvenes más libres, sin menos ideas preconcebidas, en un claro éxodo del pueblo a la ciudad. 80 egunean es la historia de Axun, una mujer que no soporta la idea de que su yerno, tras sufrir un accidente de tráfico, esté solo en el hospital de la capital. Axun viaja hasta San Sebastián para hacer 'lo que debe hacer' (pese a no contar con el apoyo de su hija), y al encontrarse con Maite, la mejor amiga de su infancia, sucumbirá a 'lo que quiere hacer' (pese a contar con la hostilidad de su marido, fuera de lugar al no tener a Axun a su entera disposición las veinticuatro horas del día). El film es la crónica de esos ochenta días en los que Axun descubrirá un nuevo mundo, se permitirá la posibilidad de vivir otra vida e incluso llegará a imaginar otro futuro más allá de su caserío y sus trabajos en el campo y en la cocina. Una historia sobre la libertad de esa mujer anciana que sin el peso de los hijos, sin más ataduras que lo tomado por costumbre y con la perspectiva de la edad ('los ancianos somos más niños', dice Maite) se atreve a poner patas arriba su pequeño gran universo. También la historia de otra mujer, la otra cara de la moneda, que luchó desde el principio en un tiempo en el que la mujer independiente, soltera y sin hijos estaba mal vista. Una película más profunda de lo que parece, bien escrita, totalmente creible y fresca gracias a las grandes interpretaciones de sus actrices. Los Goya no se acordaron de ella y sucesos como el de La soledad parece que solo tienen lugar cada muchos años. Nunca es tarde si, como es el caso, la película es buena: alimenten su cinefilia comprando o descargando esta pequeña joyita de amistad y amor femenino.


Nota: 7

MIS CDS: CUATRICROMÍA, de FANGORIA


CUATRICROMÍA, de Fangoria (España, 2013)
Presentación: Tras formar parte de distintos grupos de la Movida Madrileña, a finales de los 80 Nacho Canut y Olvido Gara, conocida como Alaska, se independizan y forman Fangoria: Cuatricromía es su octavo álbum de estudio y el primero tras el recopilatorio El paso trascendental del vodevil a la astracanada. Es una de las formaciones de electropop más conocidas y exitosas de España con singles tan destacados como Retorciendo palabras, Electricistas, No sé qué me das o En mi prisión.
Reseña: Fangoria es una de las pocas bandas capaces de llamar la atención de crítica y público y sumar fans de todos los perfiles y edades. Esta vez nos ofrece un 'álbum concepto': los cuatro tonos de la cuatricromía de colores protagonizan cuatro cds de cuatro canciones, yendo del pop luminoso que han frecuentado en su última etapa a sonidos electrónicos más rugosos que entroncan, aunque sea levemente, con las composiciones de Naturaleza muerta. Cuatro estados de ánimo (del positivismo en letras y beats del cd cyan a la oscuridad rockera y letras desangeladas del disco negro), cada uno bajo el sello de un productor diferente y con la intención, al menos sobre el papel, de mostrar cuatro facetas distintas de ese cajón de sastre tan heterogéneo que es la fructífera y longeva carrera de Fangoria. La idea funciona en el formato físico del trabajo: el grupo todavía mima su cd como 'objeto' y el pack merece los 'veintipico' euros de inversión. Pese a esto, la coherencia cromática no tiene su traducción en lo musical: de alguna manera, y pese a tener buenos cortes en todas sus partes, esta Cuatricromía queda bastante eclipsada por el single Dramas y comedias, 'hit-himno' que bien podría ser el A quién le importa del siglo XXI: 'no querer más dramas en la vida, solo comedias entretenidas' es un canto a contracorriente a tenor de los tiempos que corren. Para volver a empezar o Piensa en positivo siguen una senda similar junto a algún temazo semioculto, como lo fue La pequeña edad de hielo en el bastante plano Absolutamente: nos referimos a Tormenta solar perfecta o Lo tuyo no es normal. El disco cyan, producido por el genial Guille Milkyway, es un auténtico chute de luz. El disco magenta supone una Fangoria a medio gas pero igualmente eficaz. El disco amarillo es de principio a fin anodino, sin ningún tema a destacar. Y la sorpresa viene al fondo del cofre: el disco negro, vilipendiado por ciertos cronistas, es para el blog un necesario retorno a la electrónica más gótica e impúdica (en esta apreciación tiene mucho que ver el hecho de que consideremos el periodo que va de Una temporada en el infierno a Arquitectura efímera como la mejor etapa de Fangoria). En resumen (difícil al ser un trabajo de vocación casi inabarcable), un disco irregular en conjunto pero con muchos tracks para nutrir nuestro ipod: el verdadero espectro, colores aparte, de la esencia Fangoria va de la cutrez exagerada de Caprichos de un corazón estrafalario (que sería perfecto, eso sí, para el marido de la diva y sus Nancys Rubias) a esa festiva Desfachatez que dan ganas de cantar a más de uno.
Recomendado para: Los que en algún momento fueron fans de Fangoria, más recién llegados tras seguir la 'exhibición con matices' del reality Alaska y Mario.
Los mejores tracks: El cd cyan.
Nota: 7'5